El mes de abril recibió a los coruñeses con su primer gran domingo de primavera. Cielo azul, buena temperatura y la invitación a pasar el día cumpliendo esa tradición tan arraigada de disfrutar de un buen paseo por la Marina. Todo parecía idílico, salvo por un pequeño detalle: hubo que hacerlo entre la basura.
A plena luz del día – no eran siquiera las 7 de la tarde – y como si se tratasen de unos integrantes más en la cola para hacerse con su helado en Puerta Real, varios camiones de recogida de residuos campaban en las inmediaciones de la plaza de María Pita.
Los coruñeses, y no coruñeses, allí presentes asistían atónitos a la dantesca escena, con los operarios haciéndose hueco para retirar la basura de la calle. Unos lo comentaban por grupos de ‘whatsapp’, otros lo denunciaban por redes sociales y otros no podían evitar grabar la situación, conscientes de que era importante tener documentos gráficos que atestiguaran una escena tan surrealista que podría llegar a ser incluso difícil de creer.
Desafortunadamente es creíble, muy real y ni mucho menos un hecho aislado. Una encuesta reciente destacaba la suciedad como uno de los problemas que más preocupa a todos los coruñeses. Las denuncias suelen llegar desde los barrios, pero las pruebas dejan claro que se extiende por toda la ciudad hasta la misma puerta del Ayuntamiento.
Y es que pese a gastarse 48 millones de euros al año en el servicio de limpieza, Inés Rey es incapaz de garantizar que las calles de la ciudad herculina estén presentables. Ni para el día a día, ni tampoco para los domingos, donde los vecinos asisten con asombro a cómo no se respeta ni un lugar tan representativo como la Marina.