En septiembre de 2021, Inés Rey anunciaba a bombo y plantillo que “o Estado salda hoxe unha débeda histórica cos barrios de Palavea, Pedralonga y Eirís“. Esa deuda a la que se refería la alcaldesa era la pasarela que permitiría a los vecinos cruzar con seguridad por Alfonso Molina entres las dos zonas. Pero por el bien del Concello, esperemos que esa deuda no trajera intereses, porque no ha sido hasta hoy, 16 de febrero de 2024, cuando se ha inaugurado.
Las obras, cuya generosa previsión se iba a los dos años, han tardado dos y medio en finalizarse. Tiempo en el que tanto Inés Rey como las sucesivas comitivas del Gobierno Central no dudaban patear el balón hacia adelante. El último fue Pedro Blanco, delegado del ejecutivo en Galicia – y presente hoy en la inauguración -, que el pasado octubre anunciaba que estaría todo listo para finales de ese mes.
De esta forma, los trabajos de la primera fase de la remodelación de la avenida de Alfonso Molina han finalizado con tres meses de retraso sobre la última previsión tras una inversión de 1,22 millones de euros (IVA incluido) y financiados por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR).
En un recorrido por la zona la alcaldesa, Inés Rey, ha explicado a los medios que ahora los residentes a ambos lados de la avenida cuentan con un «itinerario seguro» gracias al «compromiso del Gobierno».
El delegado del Gobierno, Pedro Blanco, ha detallado que esta es la primera fase de una «demanda histórica» de la ciudad. «De la mano del Gobierno se le está dando un impulso (…) para convertirla en una ciudad más accesible y más humana», ha desgranado. Blanco ha enfatizado la importancia de los fondos de recuperación que «están llegando a todos los ayuntamientos» en diferentes proyectos.
La pasarela de Pedralonga es la primera fase de una remodelación de la avenida de Alfonso Molina que se desarrollará en los próximos años. Está previsto que la vía incorpore un carril por sentido, se minimicen los trenzados de vehículos existentes, se añadan pantallas vegetales para reducir el ruido y la contaminación y se integre con los barrios colindantes, al incluir también aceras y carriles bici.
Alfonso Molina es una avenida por la que circulan unos 120.000 vehículos al día, con la previsión de aumentar hasta los 160.000 en diez años