Hace más de dos años que arrancaron las obras en el cruce de Sol y Mar, a la salida del Puente del pasaje, lo que provoca desde entonces grandes retenciones de tráfico por una zona en la que circulan cada día decenas de miles de vehículos. Desde el ministerio de Transportes son optimistas en que la actuación pueda terminarse a lo largo de este 2023, visión optimista que al alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, le cuesta compartir.
El regidor destaca que las previsiones desde un despacho pueden no ajustarse a la realidad de lo que califica como zona conflictiva por dos factores fundamentales: el ya citado tráfico y la climatología. Porque un factor decisivo en la siguiente fase de la obra será la excavación de terreno para la futura rasante de la carretera y apunta Seoane que todo dependerá de las lluvias. Su previsión más optimista, en caso de que los próximos meses sean secos, sería en que ese plazo propuesto por el Gobierno central pudiese cumplirse a finales de año.
Lo que sí esperan que tanto el alcalde como todos los usuarios de esa zona, son medidas para aligerar el tráfico y reducir el calvario que pasan cada día para entrar o salir de A Coruña. En el Gobierno Central no dan fechas para las medidas que consistirán en canalizar el tráfico por los ramales laterales que en el futuro compondrán el ramal superior.
Estos posibles retrasos no sólo afectan a esta obra concreta, ya que pueden suponer una dificultad más a las ya retrasadas ampliaciones del Puente del Pasaje y de Alfonso Molina, que sigue esperando la aprobación del proyecto, previsto antes de que terminase 2022.