La mala deriva de noticias judiciales, con la reprobación de los tribunales a dos de los fichajes estrella del PSOE coruñés, la de la directora de Seguridad Ciudadana y miembro de la lista de Inés Rey, Montse Paz, y la de la excandidata de Ciudadanos a la alcaldía y hasta ahora concejala de Deportes del equipo de gobierno de la regidora, Mónica Martínez, no hace más que disparar el pánico entre la alcaldesa y su entorno. Porque los reveses en los tribunales se suman a las primeras encuestas que empiezan a circular pese al periodo de letargo en el que la pandemia sumió a la demoscopia local.
Hasta la redacción de diSÍNoticias han llegado datos de tres estudios demoscópicos recientes que no hacen más que confirmar lo que en las calles es un secreto a voces: los coruñeses están hartos de la dejadez municipal y el PSOE está muy lejos de ganar las próximas elecciones locales, previstas para el 28 de mayo del año que viene.
De hecho, Inés Rey perderá buena parte de los apoyos recibidos en el 2019 y su futuro dependerá, en el mejor de los casos, de recibir el respaldo de la Marea Atlántica y el Bloque Nacionalista Galego, que le obligará a estrenar un tripartito inédito en la ciudad y que recuerda la pésima experiencia de Javier Losada y sus socios nacionalistas entre el 2007 y el 2011.
La más reciente encuesta conocida por diSÍNoticias es un trabajo de 800 entrevistas (el doble de las habituales en este tipo de investigaciones) realizado por una empresa gallega para un grupo de empresarios locales, ávidos por conocer el futuro político más inmediato en la ciudad.
Los datos, recabados hace poco más de un mes, antes de la elección de Alberto Núñez Feijoo como nuevo presidente del PP nacional, daban la victoria al Partido Popular, aún sin candidato, con una leve mejora de los resultados del 2019, que le permitiría alcanzar los diez diputados, con una tendencia al alza. Hace tres años, Beatriz Mato logró la primera posición (30,64 % de los votos, 37.930 papeletas). Ahora, el PP rebasaría el 35 % y más de 41.000 votos, según este trabajo al que ha tenido acceso está redacción. Inés Rey, por su parte, bajaría en apoyo popular y no llegaría al 30,02 % (37.531 papeletas) que sumó en el 2019. Esa cifra solo le serviría para mantener los nueve ediles que tiene en la actualidad (aunque con Eva Martínez Acón no se hable) por los pelos, con clara tendencia a la baja.
Del descenso de casi tres puntos de los socialistas coruñeses se benefician sobre todo los nacionalistas del BNG, que pasarán de nuevo la barrera del 10 % de los apoyos (8.950 votos, un 7,16 por ciento en el 2019) de la mano del efecto Pontón. Ello les otorgaría entre tres y cuatro concejales y adelantarían como tercera fuerza a la Marea Atlántica, el otro gran perjudicado por el desgobierno en María Pita, que pasará a entre 2 y 3 concejales, la mitad de los seis actuales, al quedarse en poco más de un tercio del 20 % obtenido hace tres años en las urnas (25.290 papeletas) y sumar apenas el 8% de los apoyos en la ciudad.
El citado trabajo demoscópico recoge también la entrada en la corporación municipal de Vox, que en los anteriores comicios apenas obtuvo un 2,21 % de los votos y 2.212 papeletas, que lograría dos asientos en María Pita con algo menos de 7 %, en parámetros muy similares a los de la Marea Atlántica. Precisamente en la pelea por ese último asiento de concejal, que también afecta al BNG, está el futuro de la mayoría que podría gobernar la ciudad en los próximos años.
Estos datos coinciden en las tendencias y los números generales con un trabajo anterior de la web especializada en resultados electorales Electomanía, que mantenía el empate técnico entre PP y PSOE y daba entrada en la corporación a Vox, aunque situaba a la Marea por delante del BNG. Y también se alínean con los de un estudio realizado por un partido político en el ámbito autonómico, que añade como novedad el deterioro de la imagen de la alcaldesa, que llegó a rozar el 6 de valoración y que, según ese informe demoscópico, se queda ahora en apenas el 4,32, con críticas a su comportamiento con los ciudadanos, la falta de inversiones del Ayuntamiento y el manejo discrecional de los fondos públicos, así como los enfrentamientos internos dentro del PSOE.
Pero la pelea por la alcaldía aún no ha hecho más que empezar.