Algo tan habitual como madrugar para ir a la universidad se ha convertido en deporte de riesgo en A Coruña. Y no por la inseguridad que amenaza gran parte de los barrios de la ciudad – otro de los problemas en crecimiento – sino por el lamentable estado de la calzada de la mayoría de calles herculinas.
Esta mañana, una vecina terminó su trayecto al campus antes de tiempo al encontrarse con un socavón considerable en la rotonda de acceso a la UDC. No pudo evitarlo al ser todavía de noche y con poca visibilidad, lo que se tradujo en “mi llanta y rueda rotas”, asegura en redes sociales: “El mantenimiento de la ciudad no existe, las carreteras están completamente abandonadas”.
No le falta razón a Alba Vázquez, que como cualquier otro conductor que circula día a día por A Coruña siente que rueda en caminos de otros tiempos: “A cidade semella unha peli de Mad Max”, le responde otro usuario.
La indignación de la afectada no quedó ahí: “Y claro, llamada a la policía local para levantar atestado a las 6.40 de la mañana. Tardan más de hora y media en llegar (muy agradables, todo hay que decirlo. A Coruña da vergüenza. La cantidad de baches que hay en las carreteras de la ciudad no es ni medio normal. Y claro, ahora a pelear con el Concello para que pague. Pero a paciencia no me gana nadie”.
Hace tiempo que este tipo de desperfectos en la calzada dejaron de ser casos aislados. Porque cuando llegan quejas, e imágenes reveladoras, de barrios como O Castrillón, San Andrés o incluso las inmediaciones de Riazor, lo único que queda es llevarlo con humor, como apunta un último usuario: “A ver si pasan más pruebas ciclistas para que asfalten”.