El Deportivo estudia la incorporación de un nuevo director corporativo para ejercer como segundo de a bordo de Massimo Adalberto Benassi (Pordenone, 1991), promocionado a director general del club el pasado mes de junio. El elegido por el directivo italiano es Jan H. Wappler, un ciudadano suizo que ya estuvo en A Coruña y espera cerrar en breve su incorporación al Deportivo. En ese momento el club estará bajo la batuta de dos graduados del curso 2017-18 del Máster en Dirección de Entidades Deportivas de la Escuela Universitaria del Real Madrid. Durante el confinamiento se les pudo ver juntos en un video difundido por el Ibiza. Ambos ejercían como coordinadores de un curso dirigido a la plantilla de futbolistas del equipo para ilustrarles en cuestiones como el marketing, los modelos de negocio en el fútbol, la organización de eventos, derecho deportivo, uso y gestión de redes sociales o explotación comercial de los estadios. También hay fotos de ambos abrazados al técnico Pablo Alfaro la noche que el Ibiza se cruzó con el Barcelona en la Copa del Rey. En esas imágenes Wappler viste equipación del club, pero no consta que haya tenido relación laboral con la entidad presidida por Amadeo Salvo.
La incorporación de Wappler, con pasado para completar su diplomatura en dirección de clubs en las oficinas suizas de la FIFA y ahora enfrascado en labores comerciales relacionadas con los e-sports, se sumaría a otras promovidas por Benassi, con el que ya trabaja mano a mano Roberto Nouche, un gallego al que el nuevo director general conoció en el Ibiza y que allí se dedicaba a labores tan variadas como la logística del primer equipo, la ejecución de contenidos en redes, el trato con la prensa o a la atención a los abonados. En A Coruña ejerce, por ahora, como responsable comercial para tratar de cubrir el espacio dejado por Ignacio Martínez Dopico, director de márketing del Deportivo hasta hace un mes y que, tras su despido, se ha incorporado al Ayuntamiento de A Coruña como director del Área de Turismo.
Nouche también pasó por uno de los postgrados en gestión deportiva que promueve la entidad blanca y que en Abanca identifican como vivero de profesionales del que nutrir la dirigencia del Deportivo. Otros valores que tienen que ver con el conocimiento o la comprensión del entorno de la entidad parece que se ponderan menos.
Así, mientras el equipo de fútbol se apresta a competir contra Teruel, Tarazona, Arenteiro o, un año más, Celta B, el Real Club Deportivo nutre su equipo corporativo de noveles ejecutivos egresados en MBA y con lustrosos perfiles en LinkedIN que remiten a su especialización en áreas como el márketing, la gestión de eventos. Todos ellos encuentran en la deriva de la entidad un escenario pintiparado para adentrarse en lo que ahora se ha dado en denominar como “industria” del fútbol. A Coruña es el campo de pruebas para unos jóvenes que empiezan su recorrido en el negocio del balón. A la mayoría les unen varios nexos comunes, pero uno entre todos destaca para identificarlos: no son deportivistas y tendrían que consultar un navegador si alguien les cita a comer el pulpo en el Campo da Leña.
En ese escenario se mueve un club en el que Abanca ha tomado el control con brazo de hierro para darle una arriesgada vuelta de tuerca a la manida profesionalización anunciada por Juan Carlos Escotet. Aquel fue el credo abrazado cuando la entidad bancaria tomó el control del club en enero de 2020 a cambio de suscribir un crédito participativo de 5 millones de euros. Desde entonces los desastres que genera la pelota les ha sumido en una endemoniada espiral de sinsabores y números rojos.
Esa mañana en la que Escotet apretó en público la mano de Fernando Vidal, el expresidente del Deportivo encontró financiación para incorporar a Keko Gontán, Beauvue, Jovanovic, Uche Agbo, Emre Çolak y Abdoulaye Ba y el banquero venezolano asumió una misión que calificó como un rescate. “Los únicos escenarios que imagino son comprar bancos y compañías de seguros, que es de lo que sabemos en esta casa”, explicó. Pocos meses después el Deportivo certificó su descenso al tercer peldaño del fútbol español, en el que inicia ahora su cuarta campaña. Tres fracasos consecutivos son complicados de digerir, así que Escotet decidió ahondar en una máxima muy socorrida entre la forofada: “Que se vayan todos”.
A día de hoy, la reconstrucción interna del Deportivo está en las manos de Couceiro, de Benito Couceiro, director de Relaciones Laborales de Abanca que se afanó en entrevistarse con los trabajadores del club antes de que se iniciase todo el marasmo de salidas y llegadas. A estas alturas ya hay quien no descarta que acabe por llamar a Lucas Pérez para que le explique en que consiste su trabajo de meter goles y cual es la finalidad de que bese el escudo. Couceiro aplica su vasta experiencia en entender el Deportivo, cuestión que últimamente no es sencilla. Quizás por ello la propiedad ha decidido incorporar una suerte de auxiliar, un director de recursos humanos que trabaje a tiempo completo en la sede del club, que todavía está en la Plaza de Pontevedra.
Todo apunta a que habrá más salidas y que las incorporaciones se irán sucediendo. Desde hace unas semanas trabaja en el Deportivo el exdelegado de campo de la Ponferradina, Alejandro Vidal Corral, cuya experiencia con el club berciano se reduce a una temporada. Antes había trabajado en prácticas otro año para el Rayo Vallecano en labores administrativas como alumno del Máster en Derecho aplicado al fútbol profesional organizado por la Escuela de Negocios de LaLiga. Graduado en derecho y con esa reducida experiencia trabajador por cuenta ajena, Vidal también se abre camino y fue contratado el pasado mes de junio por Abanca como “gestor”. Pero hace dos semanas tomó el puesto de responsable del Área Social que ocupaba Gelines Romero, contratada en su día por la directiva de Tino Fernández y a la que un peñista conocido por sus agrios insultos al expresidente en las redes sociales señaló en su día como “el mejor fichaje del Deportivo desde la llegada de Mauro Silva”. Romero pilotaba además el día a día de la Fundación Real Club Deportivo, un importante pilar en la relación del club con muchas de las entidades de todo tipo que le rodean.
Benassi llegó a A Coruña como fruto de la insistencia del exconsejero Carlos Cantó, que fue profesor suyo (y también de Wappler, claro). Pocos días después de su llegada al Deportivo, en junio de 2022, el directivo italiano acompañó a su mentor en la presentación de una iniciativa pergeñada por Cantó y denominada Dépor Innovation Center. Allí disertaron sobre el fan engagement, la estrategia de fidelización de los aficionados, y Cantó lució satisfecho tras lo vivido en el playoff de ascenso en el que el equipo cayó contra el Albacete. “El ambiente que se generó engancha. Todos ya somos engage. Ahora hay que satisfacer y monetizar”, explicó el consejero, que no vivía en A Coruña y que salió del club después de que Abanca decidiese liquidar el anterior consejo de administración del club tras la derrota en Castellón. En el club y su entorno, Cantó se había convertido en popular por la kilométrica relación de ocupaciones que acompañaba su firma en los correos electrónicos.
A Cantó y Benassi les gusta exponer en los lustrosos entornos concurridos por los nuevos ejecutivos del balón el ejemplo de este desdichado Deportivo como un caso de éxito. Ambos acudieron al podcast de The World Summit Football, una plataforma para la difusión del conocimiento sobre esa floreciente nueva clase de ejecutivos que ayuda a promover LaLiga, y durante algo más de media hora disertaron sobre la marca Deportivo, «el sorprendente éxito de algunas de sus iniciativas de marketing y patrocinio» o de cómo el club afronta su crecimiento internacional. En la realidad paralela, el equipo ese domingo se acababa de imponer, por la mínima, al Ceuta en Riazor. Dos semanas después estaba fijada la celebración del Depor Sponsor Day, un encuentro con los patrocinadores que tuvo que aplazarse quince días más por el fallecimiento de Arsenio Iglesias para disgusto de alguna de las personas que había preparado el evento. Varios consejeros y trabajadores del Deportivo que sí lo sabían tuvieron que aplicarse a nivel interno para explicar quien era y que significa Arsenio para el Deportivo.
Justo tres días después del desastre en Castalia, Benassi acudió a Pontevedra para participar en el Galicia Sportech Congress. Allí le preguntaron por lo que había hecho en el tiempo que llevaba en el Deportivo. “Fue un año de aprendizaje, de ver en que podemos trabajar a nivel de innovación para dar visibilidad a nuestros colaboradores y segmentar a nuestra audiencia a nivel de fútbol femenino, cantera o Fundación. Espero que de cara a la temporada que viene podamos empezar a trabajar esas cosas”, aseguró Benassi, que fue nombrado pocas semanas después director general del Deportivo. En aquella velada en Pontevedra se lamentó por las restricciones presupuestarias propias de un club en Primera RFEF para generar contenidos que lograsen el anhelado engage. “Al final para generar contenidos de calidad necesitas profesionales, material, mucha gente involucrada y la categoría te va reduciendo la estructura con la que puedes disponer”, explicó. Varias de las personas que le escucharon concluyeron que, a pesar de su estancia en Ibiza, Benassi parecía haber descubierto el Mediterráneo en Riazor. Ahora habrá dinero. Tanto que en Abegondo ya disfrutan de dos buggies eléctricos (con asientos, no preparados para cargar y transportar material). El club se apresuró a aclarar que fueron cedidos por… Abanca.
El Deportivo 23-24 es la apuesta más nítida que Escotet. La inversión debería de plasmarse antes de nada (más valdría) en la adquisición de los cuatro refuerzos que busca el director deportivo para dar el salto de calidad en la plantilla, sobre todo en las posiciones que rodean a Lucas Pérez. Más que nada porque, a expensas de que aparezcan gurús que demuestren lo contrario, en el fútbol no hay mejor receta para hacer engagement que ganar partidos. En esa ecuación ya no figura David Villasuso, que gestionó con mano de hierro los gastos en todos los departamentos del club para tratar de que el desastre futbolístico afectase lo menos posible a la cuenta de resultados. El periplo del exresponsable de impulso empresarial de Abanca le ha convertido en una cara visible no sólo para los seguidores del club sino también para la cúpula de la entidad que le paga, con la que no sólo reportaba a superiores con Javier Carral, el responsable de las empresas participadas del banco, sino al propio Juan Carlos Escotet.
Villasuso sigue como consejero, pero sin peso ni presencia en las decisiones y barrunta su salida a medio plazo. Invisible e inaccesible a su llegada para muchos medios de comunicación o colectivos de seguidores, supo con el tiempo entender cuales deben ser sus aliados para que su periplo en el club no le generase todavía más quebraderos de cabeza.
Que Villasuso esté postergado conlleva que todo el poder esté en manos de Benassi y su grupo de meritorios, pero dentro de un marco. En el club arquearon la ceja cuando el italiano llegó a sugerir que el Deportivo podía incorporar para mantener el césped de sus instalaciones a un jardinero con el que coincidió en el Ibiza, así que el presidente Álvaro García Diéguez ha aparcado su labor en los seguros y ya despacha prácticamente a diario en la sede del club, donde ya tuvo que acudir con la manguera y apagar el fuego que se originó con la agenda que les habían propuesto a Mauro Silva y Bebeto durante su estancia en A Coruña. Las leyendas blanquiazules se marcharon encantados por el trato del nuevo presidente. Mientras tanto Benassi trata de aplicar las claves que explicó en el podcast de The World Summit Football y que según él contribuyen a hacer un club grande: «Buena gobernanza, transparencia, sostenibilidad e iniciativas implicadas en la sociedad». Tendrá además que ganar partidos.