La agreste y maravillosa costa de Sorrizo cuenta con un nuevo enclave digno de visitar. Allí, el Concello de Arteixo adquirió hace siete años una nave abandonada que perteneció a la empresa Sodiga (una entidad participada por la Xunta que se dedicaba a criadero de cetáceos) y que se compró por un importe de 14.769 euros. Ahora ese entorno se ha convertido en un museo dedicado al mar gracias a un proyecto del concello sufragado con los fondos aportados por la Unión Europea.
El proyecto reformó la envolvente exterior del edificio para mejorar su estética y su aislamiento térmico. En el interior se despliega un espacio polivalente divulgativo en el que se puedan combinar exposiciones y ponencias. Hay una zona de exposición y otra dedicada a charlas didácticas, que podrá ser utilizada también por los vecinos de la zona para sus actividades. Un enorme mirador con amplios ventanales permiten una incomparable vista de la costa porque todo está en una ubicación al borde del mar.
La nave dispone de 317 metros construidos y fue construida dentro de la servidumbre de costas antes de la entrada en vigor de la ley de 1988. El proyecto detalla que el ámbito de la actuación forma parte del sistema de protección de Costas y se sitúa próximo a la línea del deslinde del dominio público marítimo terrestre.
El nuevo museo se ubica vecino a la nueva senda litoral de más de seis kilómetros de longitud.