La tradicional ofenda de los socialista coruñeses a Pablo Iglesias (el fundador del partido, no el que sostuvo a Sánchez en la anterior legislatura) evidenció el languideciente momento del partido en A Coruña, tan dividido y aletargado que apenas congregó a unas cuarenta personas en una convocatoria que estaba abierta no sólo a afiliados y simpatizantes del PSOE sino también del sindicato UGT.
A la concentración en la plaza del Castrillón asistió Inés Rey acompañada del exsecretario de organización del PSdeG, José Manuel Lage, y de los ediles Gonzalo Castro y Yoya Neira. Pero ni siquiera la presencia de la plana mayor del Concello animó a las bases a hacer acto de presencia ante el mosaico pétreo que homenajea al ferrolano fundador del partido. Tras el acto, en el que Inés Rey aludió a la festiva jornada del Día del Trabajo parte de los presentes se desplazaron a la Praza da Palloza para integrarse en la manifestación conjunta con Comisiones Obreras en la que se abogaba por el pleno empleo, menos horas de trabajo y mejores salarios.
Apenas un millar de asistentes desfilaron tras la pancarta de ambos sindicatos. “Imos eguir loitando contra a precariedade e avanzando en dereitos”, aseguró la alcaldesa, que incidió en que era una jornada reivindicativa, pero también “de recoñecemento polo conseguido nestes anos de goberno socialista”.