El pasado mes de junio, Abel Caballero, alcalde socialista de Vigo, se reunió con los trabajadores de FCC durante una visita a las instalaciones de la concesionaria del servicio de limpieza municipal en la ciudad olívica. El motivo del encuentro era el de festejar y hacer partícipes a los operarios de la octava escoba de platino consecutiva que lograba la ciudad, un reconocimiento bianual que otorga la asociación técnica para la gestión de residuos y medioambiente (Ategrus).
Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre los servicios municipales de 60 municipios, Vigo es la ciudad que obtiene la mejor valoración de la limpieza por parte de sus ciudadanos. A Coruña y Lugo se ubican entre las más sucias, justo donde estaba Vigo hace veinte años. Era la ciudad más sucia de España hoy es la más limpia. En Vigo, el punto móvil limpio para depositar utensilios que contienen un importante riesgo de contaminación, tales como pequeños electrodomésticos, bombillas, ruedas o baterías de uso doméstico, se mueve durante toda la semana por diferentes barrios de la ciudad. En A Coruña no se ha llegado aún a ese detalle, queda por resolver que se hace con los voluminosos, que se acumulan en las calles.
Vigo gasta 15 millones de euros anuales más que A Coruña en limpieza, una ciudad que se permite dejar sin ejecutar más de 64 millones de euros cada año, un dinero presupuestado al que los rectores municipales son incapaces de encontrarle destino.
El 1 de octubre del 2020 entró en vigor el nuevo contrato de la limpieza viaria de A Coruña y en junio del año pasado lo hizo el de recogida de basura tras estar ambos en situación irregular tras caducar durante 33 y 54 meses, respectivamente, un detalle que conllevó que no se hiciesen nuevas inversiones en maquinaria. El nuevo vínculo se firmó por 8 años y un presupuesto anual de 14,3 y 14,4 millones de euros, pero casi nada ha cambiado.
El plan de choque de limpieza que fue promesa electoral de Inés Rey y valorado en más de 600.000 euros ha pasado con bastante más pena que gloria. Este año hubo que decretar en A Coruña una emergencia sanitaria por la situación insalubre de la ciudad. Inés Rey aludió a un “conflicto”. Más de un mes tardó en solucionarse mientras la ciudad se sumergía en basura. Este verano los trabajadores del servicio de la limpieza viaria y recogida de basuras de Vigo anunciarion una huelga. Pero todo se desactivó horas antes de que empezase. En el concello que dirige Caballero se unificó la limpieza viaria, la recogida de basura, los contenedores, limpieza de playas y reciclaje en un único macrocontrato. La adjudicación se hizo por 9 años y medio por más de 400 millones de euros, con posibilidad de dos años más de prórroga.
“Cuando voy a Barcelona no hay comparación posible, en Sevilla, en París, en Londres… Nadie se compara en limpieza con nuestra ciudad. En ciudades pequeñas o intermedias tampoco. Y planteo como objetivo seguir así los próximos años. Seguiremos con las mejroas. El mundo cambió y reclama ciudades con una alta calidad de vida. Y los ciudadanos de Vigo nos valoramos en calidad de vida lo más alto”, explicó Caballero a los trabajadores, a los que hizo partícipes del éxito.
El celo por mantener limpia la ciudad invita a Caballero a tomar decisiones inéditas. Así, el Concello de Vigo inició esta semana una experiencia piloto para disminuir el rastro que dejan los perros tras orinar en espacios públicos. El barrio de Teis ha sido el barrio elegido por el consistorio para el nuevo plan, que se ha puesto en marcha en colaboración con la asociación de comerciantes, y que consiste en el reparto de una botella de plástico, que puede ser rellenada con una mezcla de agua y vinagre. El objetivo es que los dueños de los animales eliminan el rastro de orina y las posibles manchas de suciedad, que han proliferado ante la ausencia de lluvias.
El concello vigués también anunció esta semana que utilizará agua tratada en la depuradora del río Lagares para «fregar» determinadas calles de la ciudad, sobre todo en zonas de marcha y en aquellas que suelen acumular una mayor suciedad o manchas de bebidas.