La Federación de Padres de Alumnos de colegios concertados y privados de A Coruña (FAPA) llevaba más de un año intentando conseguir una reunión con el concejal de Educación sin conseguirlo. Finalmente este martes han podido sentarse a exponer las reivindicaciones de las más de 10.000 familias a las que representan.
Lo que desatascó el embrollo de la reunión y propició el encuentro fue una pregunta formulada por el grupo popular en el pleno de María Pita la semana pasada. El concejal Juan Carlos Varela tomó la palabra para preguntar por qué la concejalía de Educación no se había reunido con los representantes de las familias de los centros concertados de la ciudad.
Ya antes de que tuviera lugar el pleno, al recibir la pregunta que se iba a presentar, el concejal de Educación Jesús Celemín cogió el teléfono y pidió cerrar sin más dilación la reunión con la representación de la FAPA, que se ha celebrado en la sede de la asociación.
En sus impresiones tras la reunión, Nacho Louro, presidente de la FAPA, destaca que “por fin” han tenido oportunidad para exponer cuál es el trabajo que realiza la junta directiva y las reivindicaciones de la Federación. Lo primero que quisieron trasladarle a Celemín fue su malestar ante la respuesta ofrecida en el pleno el pasado jueves. “No es cierto lo que respondió el concejal de Educación el otro día. Dijo que habíamos rechazado hasta en dos ocasiones a un convenio nominativo con el ayuntamiento, y eso no es cierto. Nunca hemos recibido ninguna propuesta por su parte. No puede decir tampoco que no le hemos solicitado una reunión, cuando hay correos que lo acreditan, especificando además que fuese en horario de tarde; llegamos a recibir una respuesta en la que se nos decía explícitamente que la agenda por las tardes estaba cerrada para otras cuestiones. Todo fueron inconvenientes para poder reunirnos y no puede ser que digan lo contrario cuando el pleno queda grabado”, asevera.
En la reunión, Louro detalló a Celemín cuáles son los antecedentes de las relaciones entre la FAPA y el ayuntamiento: “Cuando llegamos a la FAPA en noviembre de 2018, la situación económica de la Federación era delicada. El convenio suscrito durante el mandato de Negreira era por un importe de 4.000 euros. Con Xulio Ferreiro se intentó ampliar la cuantía de este convenio, hubo disposición de escucha y se celebró una reunión, aunque nos dijeron que no era posible ampliar la asignación. Nosotros renunciamos a ese convenio para proceder a sanear las cuentas. Pero esta renuncia no tiene nada que ver con el actual gobierno, porque se produjo antes de las elecciones y de que, por ende, el equipo de Inés Rey llegase a María Pita. Así que no es posible que hayamos renunciado a nada en su mandato, porque en todo este tiempo no se nos ha presentado ninguna propuesta, ni hemos recibido ningún euro de las arcas municipales”.
Antes de que sobreviniese la crisis sanitaria del coronavirus, en enero de 2020, desde la FAPA llevaron a cabo un nuevo movimiento que llamaba la atención sobre la falta de convenio con los alumnos de la escuela privada y concertada, presentando alegaciones al presupuesto municipal en las que solicitaban un presupuesto para la FAPA. De ahí el “desconcierto” ante la respuesta del concejal en el pleno. “Logramos dejar atrás el asunto, que forma parte de debate político, y centrarnos en lo que realmente importa en estos momentos, que son las familias. Los presupuestos de A Coruña sufragan dos convenios nominativos con las ANPAS de centros públicos, uno para actividades extraescolares y otro para el propio funcionamiento de la asociación. Mientras, la FAPA percibe cero euros, cuando en realidad representamos al 50% del alumnado de A Coruña, es decir, en torno a 10.000 familias”.
Ideas sobre el consejo escolar
Otra de las reivindicaciones expuestas, más allá del escollo a superar acerca del convenio, ha sido la de igualar la representación en el consejo escolar municipal. “Estamos infrarrepresentados, la normativa que rige su composición está obsoleta. Hemos pedido que desde el Ayuntamiento insten a la Xunta a modificar los decretos que regulan la composición de órganos municipales”, asegura el presidente de la FAPA.
Por otro lado, han aprovechado para poner encima de la mesa sus comentarios acerca del nuevo borrador del reglamento organización y funcionamiento de este consejo escolar. “Queremos hacer aportaciones. Entendemos, además, que este es un documento en el que se deben plasmar aspectos organizativos, pero no entendemos que se recojan ideas o principios políticos. como por ejemplo el plasmar la reivindicación de una “escuela gallega” o la de impulsar la “normalización lingüística”. Nosotros no tenemos nada en contra de eso, creemos en el bilingüismo y la cooficialidad, que ha de ser asumido por las administraciones”.
Las sensaciones tras el encuentro es que se ha abierto un espacio para “avanzar hacia el entendimiento y tratar de quedarnos con lo positivo”. Lo explica Louro: “Valoramos mucho el acercamiento y la reunión, y así se lo hemos agradecido, emplazándonos ambas partes a mantener el diálogo, aunque entendemos que ha sido un poco forzada por las circunstancias. Nosotros lo único que queremos es beneficiar a los alumnos de la escuela concertada. De hecho, la propuestas principal que hemos planteado va enfocada en subvencionar a las familias las actividades extraescolares de los alumnos de centros concertados, de la misma forma que se hace con los alumnos de los centros públicos”.
El dirigente de FAPA cree que hay que dejar atrás algunas ideas y encasillamientos. “Somos conscientes de que en el ayuntamiento han sido reticentes hasta el momento, y de que existe un mantra de que las familias que acuden a los centros concertados son de renta alta, pero eso es completamente falso. La misma situación económica o social que puede existir entre las familias de la escuela pública, puede existir en las familias de la escuela concertada, y por desgracia a la crisis económica le queda aún un recurrido y va a seguir afectando a muchas familias, lo vemos todos los días”, apunta.
También se reivindicó el avance hacia el distrito único del proceso de matriculación y el planteamiento ante el gobierno de la Xunta de Galicia del concierto en la etapa del Bachillerato. Hasta hubo tiempo para debatir sobre la nueva Ley de Educación, pero la principal reivindicación quedó clara y en “vías de estudio” por parte de la concejalía de Educación. “Lo que hemos pedido es que los fondos públicos reviertan directamente a las familias. Entendemos que tiene que haber un reparto equitativo de estos fondos, más teniendo en cuenta que el alumnado de la ciudad se reparte más o menos al 50% entre y seguiremos insistiendo para conseguir apoyo y actividades subvencionadas para todos”, zanja Louro.