El Museo de Bellas Artes de A Coruña ha acogido este jueves la inauguración oficial de la muestra Picasso blanco en el recuerdo azul, promovida por la Xunta de Galicia e inaugurada en un acto con presencia del presidente de la Xunta, Alfonso Ruedam y del ministro de Cultura, Miquel Iceta. Pablo Ruiz Picasso vivió en A Coruña entre los 9 y los 13 años, por lo que la ciudad se convirtió en el marco en el que el pintor tuvo muchas primeras veces: vio su primer desnudo, empezó su compromiso social o comenzó a interesarse por la geometría, unos aspectos que significaron la vida del genio y que no dejaron de aparecer en su obra.
El próximo 9 de abril hará 50 años desde el fallecimiento del pintor malagueño y, dentro de los actos que organizan España -donde nació- y Francia -donde murió-, está la exposición que se puede contemplar en A Coruña hasta el 25 de junio.
Malén Gual, una de las comisarias de la muestra, resume el concepto: «Picasso es como un círculo que se cierra. Siempre va delante, pero siempre va mirando atrás». Y eso es lo que enseñan las más de cien obras expuestas, de las que 68 son del propio pintor: una trayectoria cíclica en la que hay motivos que aparecieron en una etapa y luego se reinterpretan en otra. La exposición la recorre a lo largo de doce espacios, con un primero dedicado a la trascendencia de su muerte y un último vinculado a la cronología del pintor.
Empieza en Academia y clasicismo. El fauno y el hombre del cordero, con un homenaje a lo que «más se repite en la iconografía picassiana», resume Rubén Ventureira, otro de los comisarios en una visita guiada. En Realismo, paisaje y etnografía está A Coruña, los paisajes de la ciudad que pintó en 1895, y que luego conservó toda su vida, e incluso la Torre de Hércules. Poéticas de autoafirmación: retrato y autorretrato muestra el primer retrato al óleo del autor, de su hermana Lola, y una de las características que lo seguirá toda su vida: «Cuando retrata, suele envejecer a la gente al captar la esencia de la persona», explica Gual.
Caricatura y nacimiento de la conciencia crítica enseña en qué momento empezó el «compromiso de Picasso con los desamparados», según el tercer comisario, Antón Castro, con la obra El hombre de la gorra, de 1985; en un espacio que incluye un boceto de un caballeo que hoy podemos ver en el Guernica. La exposición sigue con Picasso escribe, con su pequeño paso por la «escritura cubista» de la década de 1930 y su relación con Camilo José Cela. El arte nunca es casta. Erotismo es uno de los espacios clave para entender al genio, que «vio su primer desnudo femenino en una caseta de la playa de Riazor, en A Coruña», desvela Castro.
Como también es fundamental Cubismos, puesto que en A Coruña empieza a dibujar palabras en tres dimensiones y empieza su interés por las formas geométricas. «Vemos la capacidad de disección deconstructiva desde el punto de vista geométrico», agrega Castro sobre una obra en que aparece una casa rural gallega, en una etapa en que todavía estaba muy lejos el cubismo picassiano.
Este espacio, y la relación de Picasso con Galicia, están en las gaitas gallegas, que se ven al principio de su trayectoria y también al final, ya con otro estilo, o en un rincón en que se escuchan las canciones en gallego ‘Alalá do Cebreiro’ y ‘Lévame’, que cantaba a su hija Maya según contó ella misma.
Grandes maestros profundiza en las influencias que tuvo de la literatura de Cervantes o de artistas como Velázquez y El Greco; mientras que Mosqueteros visualiza a su primer personaje de este tipo, que también pintó en A Coruña y luego recuperó en 1968.
La última de las salas, El pintor y su modelo incluye una obra del progenitor de Picasso, en A Coruña en 1895, y la comparativa con otros personajes masculinos posteriores: «El hombre, para él, siempre es su padre», concluye Ventureira.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reivindicó la figura de Picasso como un artista de clara influencia gallega y resaltó que las más de 100 piezas que conforman esta exposición —ilustraciones, cuadros o textos— son una buena muestra de cómo Galicia influyó en la trayectoria personal y profesional de Picasso. Fue en A Coruña donde el autor realizó su primera exposición, con tan sólo 13 años, y donde comenzó a escribir sus propios textos, una etapa que le sirvió para convertirse “en un gallego para toda la vida”, según explicó Rueda.
El presidente de la Xunta animó a visitar esta exposición, pensada para dar a conocer la vinculación y especial relación de Picasso con Galicia, y que se enmarca en las distintas actividades apoyadas u organizadas desde la Administración para reivindicar el legado del artista. Al amparo de esta exposición habrá encuentros, conferencias, charlas, ciclos audiovisuales o actividades educativas, centradas en el pintor y sus vínculos con la comunidad gallega.