“A mí no me va a temblar la mano porque los vecinos tienen derecho a descansar”, dijo Inés Rey el pasado mes de junio en una entrevista publicada en El Ideal Gallego. “El botellón ya no es un problema en A Coruña”, se vanaglorió hace un año la alcaldesa, que aclaraba que si surgía “un conato” rápidamente acudía la Policía Local a restañar la legalidad. Pero la realidad es tozuda y se muestra en imágenes como las de los últimos días en el Orzán, con cientos de coruñeses bebiendo y festejando en la calle de madrugada.
“¡Qué indefensión y que injusto!”, clama a través de las redes sociales la Asociación de Vecinos del Orzán. La bronca diaria no sólo afecta al sosiego de un vecindario hastiado sino que tira por tierra el valor de los pisos en venta o alquiler.
El descontrol en el Orzán tiene además un jugo mayor y sirve como reflejo de los modos de actuar en María Pita porque a raíz de las demandas de los vecinos, el gobierno de Inés Rey, del que el portavoz José Manuel Lage Tuñas detenta las competencias sobre personal, decidió destituir al jefe de Mercados del ayuntamiento, Rubén Boullón, uno de los afectados por el desmadre nocturno en la zona y que había alzado la voz para pedir soluciones.
A Boullón le justificaron el cese porque le explicaban que superaba el límite legal de dos años en el puesto. Por eso acaba de presentar un escrito en el que exige al Gobierno local que destituya entonces a los 72 cargos municipales que están en idéntica situación que él. Además la Valedora do Pobo ha solicitado en dos oacasiones, por ahora sin éxito, información sobre la destitución.
La Valedora do Pobo recomendó en su día al Concello coruñés que reforzase la presencia policial en la zona del Orzán y valorase la opción de efectuar campañas de sensibilización entre a hostalería, veciñanza, xuventude e demais usuarios dos establecementos da zona co fin de concienciar sobre a importancia de compatibilizar o desanso nocturno coas actividades empresariais que se desenvolven nas rúas Sol e Socorro”. También apuntaba la necesidad de coordinar esfuerzos con la Junta Local de Seguridad para garantizar el derecho al descanso de los vecinos.
Inés Rey garantizó antes de llegar a la Alcaldía que en una ciudad regida por ella no habría botellón. «Hay que tomar una serie de medidas que en los últimos años no sé por qué no se tomaron», apuntaba.