Hoy el diccionario casi se queda pequeño buscando adjetivos que definan a esta gran literata coruñesa y su legado. Emilia Pardo Bazán falleció el 12 de mayo de 1921. Con ocasión del centenario de su fallecimiento se sucedieron las muestras de admiración, en forma de flores, lecturas y tributos por parte de diferentes instituciones a nivel local y nacional.
En A Coruña, la plaza de María Pita se ha engalanado con la figura de la escritora tatuada sobre su pavimento.Hasta el 30 de mayo se podrá visitar la instalación en de un mural y de algunas de las más “icónicas frases de doña Emilia”.
Como ya es tradición en sus aniversarios, la estatua de Pardo Bazán en los jardines de Méndez Núñez se rodeó de flores, con un homenaje en el que participó Doda Vázquez, presidenta de la Asociación de la Prensa de A Coruña junto a Carmen Colmeiro, condesa de Pardo Bazán, y Xulia Santiso.
La Real Academia Galega, que precisamente tiene su sede en la que fue la casa de Pardo Bazán en A Coruña en el número 11 de la calle Tabernas, lo celebró con palabras. Víctor Fernández Freixanes compartió la lectura de un fragmento de Los pazos de Ulloa, la primera novela que, según confesó, compró siendo niño con sus ahorros. Los alumnos del CEIP Emilia Pardo Bazán también prestaron voz a los textos de Emilia y aprovechando la fecha señalada, la RAG anunció la publicación de 156 cartas de su epistolario.
Muy simbólicamente, una de las cartas que se hacen públicas ahora, es de su correspondencia con José Alguero Penedo, notario de Betanzos y artista que colaboró en el diseño y decoración de las Torres de Meirás, al que le dice: “En la Torre en construcción, que es la que yo he de habitar, quisiera imprimirle alguna huella personal, para cuando la visiten -si la visitan- los curiosos del año 2000”.
Desde la diputación de Pontevedra, el homenaje a Pardo Bazán se hizo sumando su nombre al jardín de camelias del castillo de Soutomaior. Según Carmela Silva “la camelia Emilia Pardo Bazán es muy fuerte, igual que era ella, y de color rojo. Es una flor muy presente a lo largo de su obra».
Desde la Biblioteca Nacional la definieron como “una escritora única y fundamental”. También la recordó la RAE, la institución que hasta en tres ocasiones le cerró las puertas y que hoy conserva su correspondencia con autores como Benito Pérez Galdós y Pedro de Alarcón.
El Congreso de los diputados compartió una breve biografía en la que se destaca su “trayectoria vital marcada por una constante preocupación y lucha por la emancipación social e intelectual de la mujer”.
El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música la quiso recordar con un regalo en esta efeméride, proponiendo disfrutar online de la adaptación al teatro de su novela “Insolación”. De esta forma homenajean a “una de las creadoras e intelectuales más brillantes de nuestras letras, una voz prodigiosa que removió el ‘establishment’ de su época y que, buscando ser escuchada por sus coetáneos, consiguió hablar para todos los tiempos”.
Mientras, el Museo del teatro la recordó en una réplica de tal y como la plasmó el escultor Rafael Vela, cuando en 1926 le encargaron un monumento para recordarla en la calle Princesa de Madrid.
Y precisamente allí, el monumento a Emilia Pardo Bazán en Madrid ha amanecido rodeado de flores para conmemorar su centenario.
Desde la televisión pública, también hoy recuerdan a la escritora coruñesa y anuncian que lo celebran con el rodaje de un programa de Imprescindibles en el que será protagonista.
Quién se lo iba a decir cuando escribió en una carta a su amiga Carmen Miranda: “Mi influencia no existe. Si yo fuese un hombre, y hombre político, entonces se podría esperar algo. Pero desde mi posición literaria no debo esperar que me atiendan sino en un grado muy relativo”.