Primero fue desde la tienda Vazva, el año pasado inauguraron una cafetería sostenible justo al lado y ahora estrenan un espacio para la “regeneración”. Está ubicado en el número 13 de la avenida Barrié de la Maza. El objetivo persigue una idea común a todas las iniciativas anteriores: llegar cada vez a más gente con un mensaje de conciencia-acción respecto al cuidado del planeta. Vazva y la Corporación Hijos de Rivera se han aliado para para poner en valor y proteger algo que tenemos muy cerca: el mar
El acceso es una pequeña puerta, y por fuera pueden leerse en grandes letras blancas sobre fondo negro lemas como “No creemos en palabras, creemos en hechos”, “Repiensa global y actúa local” o “La era de la regeneración”. Lucía Neira, encargada de este nuevo espacio, lo explica: “Sabemos que es algo novedoso, que no se había visto en A Coruña y poco a poco la gente nos va descubriendo. Cuesta arrancar la participación, pero la acogida es buenísima”.
Lo de la puerta pequeña tiene su encanto, porque ante la curiosidad y la duda de si atravesarla, una vez cruzado el umbral aparece una mezcla sorprendente de arte, basura -ordenada, eso sí-, una mini pista de skate y hasta una tienda con productos de todo tipo. Ha abierto hace un mes y ya organizaron varias charlas y talleres que anuncian cada lunes con el enlace para inscribirse. Por allí han pasado Kibus (productos km. cero y ecológicos), Jess (marketing consciente) y artistas “activistas” como Raúl Álvarez.
“En la parte del bar ya crecieron las charlas pero se nos quedó pequeño con la pandemia. Nos llevó a crear un espacio complementario, donde se generen conversaciones que luego puedan acabar en el bar. Una cosa llevó a la otra, porque lo que queremos es crear una comunidad y que cada vez sea más grande. Empezamos con el activismo medioambiental en 2009 y cuando cumplimos diez años decidimos dar un paso más, poniendo en el centro de acción el mar y la economía circular en Galicia”, explica Óscar Vales, fundador de Vazva.
Él es uno de los embajadores del proyecto WE Sustainability que impulsa este espacio. Una iniciativa que se venía gestando desde hace más de una década como una alianza entre Vazva e Hijos de Rivera. Y a partir del respeto y la protección del mar surgen todas sus variantes, el deporte como el surf y el skate, la artesanía, el reciclaje de basura marina… “unmeeting point real y natural donde repensar nuestro estilo de vida y replantea el modelo de consumo”, matizan.
“Estamos construyendo algo para el beneficio de toda A Coruña, y desde aquí nos gustaría llegar cada vez a más gente, en España y Portugal, y que podamos invitar a todo el que quiera a sumarse en pequeñas acciones. Siempre con mentalidad abierta y trasladando los mensajes de forma positiva”, destaca Vales.
Lucía Neira lo corrobora: “Estamos abiertos para todo el que tenga curiosidad, para personas que quieran entrar en la era de la regeneración, que es el mundo que viene. Nos amoldamos a quien nos visita, a su edad e intereses. Lo bonito es que aquí se mezcla la gente, en los talleres participan abuelos con los adolescentes. Lo que más me gusta es ver cómo la gente interactúa después de las actividades, van creando red entre ellos, y eso es lo que queremos, que sea un espacio de pensamiento e intercambio de ideas”.
Productos gallegos, arte con mensaje, cultura, reciclaje y compartir experiencias… ¿qué hay detrás de la pequeña puerta negra del Orzán?
Limpieza de playas
El núcleo de origen de este espacio, que ahora ya es como un “movimiento”, está en las jornadas de limpieza de playas que organizan en Vazva desde hace años. A raíz de esas acciones quisieron crear un espacio físico, como punto de encuentro. Esa sigue siendo una de sus prioridades. Todos los sábados convocan a quien quiera unirse a una limpieza de la playa del Orzán a las 11 de la mañana porque el punto de partida es limpiar lo que tenemos en casa, “aunque muchas veces esa basura llegue desde muy lejos, el mar nos lo devuelve”.
Precious Plastic
En la propia bandera del lugar aparece la consigna “Precious plastic”. Es un movimiento global al que desde el proyecto WE se han sumado. “Creemos que el plástico es un material precioso, un material muy útil, pero que utilizamos de una forma incorrecta, porque no tiene sentido utilizar un material tan resistente, que tarda cientos de años en desintegrarse, para cosas de un solo uso. Tenemos que repensar los usos que le damos a este material”. En el nuevo local recogen el plástico que les llevan los vecinos para reciclarlo, y que puede acabar por ejemplo transformado en ladrillos, o hasta en barcos.
Arte con mensaje
En el espacio cuelgan varias obras de Retoque Retro llenas de colores. A medida que te acercas te das cuenta de que en realidad es un collage hecho con plásticos recogidos en la playa. Uno de los resultados es el caballito de mar de basura: “Utilizaron unas 1.000 pinzas de la ropa de las 1.500 o 1.600 que encontraron. Hubo una temporada el invierno pasado en la que, por caprichos del mar y por la fuerza de los temporales, llegaron muchísimas pinzas de la ropa, hubo un día de enero que recogieron 300 pinzas en dos horas”.
Otra forma de vincular el arte con la acción llegó de la mano de Raúl Álvarez, un artista ambiental, que es como el se define, que impartió un taller recientemente en el que los participantes pintaron con óleo sobre viejas y rotas tablas de skate.
Red de empresas y showroom de productos
El local es también un showroom y funciona como tienda. Ofrecen el espacio a productos y empresas que comparten la misma filosofía, que contribuyen a la economía circular o que son ecológicos. La sidra Maeloc hecha con manzanas de cultivos orgánicos, las bolsas hechas con redes de pesca recicladas de Cholita, las algas gallegas de Porto-Muíños, tablas de skate que se transforman en lámparas, o la propuesta de Resetea, una empresa de Vigo que utiliza posos de café recogidos de la hostelería para transformarlos en plantas, uniendo la vida en la ciudad con la naturaleza… son solo algunos de los productos conscientes que aquí se exponen y que pronto estarán disponibles en una tienda online.
La idea de comunidad está detrás, ya que las propias empresas que muestran sus productos se involucran dando talleres, compartiendo su experiencias como emprendedores. Aquí se da y se recibe.
Están plantando la semilla para que crezca esta red de empresas, “damos prioridad a apoyar iniciativas gallegas, porque no hay que irse lejos para encontrar a empresas y personas que ponen en marcha apuestas circulares. Estamos abiertos a sumar a más empresas gallegas, pero que primero deben pasar un filtro. Los partners, además de aportar recursos, se marcan objetivos reales y ambiciosos para alcanzar un mínimo impacto medioambiental”, detalla Vales.
Desafíos oceánicos
“Nuestro mayor objetivo es que A Coruña sea realmente una ciudad de cara al mar. Que la gente salga al mar, que lo disfrute y que sea accesible para todos. Otras propuestas que tenemos están encaminadas a una movilidad urbana sostenible en A Coruña y también tenemos un proyecto para crear merchandising con plástico reciclado del mar”, detalla Óscar Vales.
Los ríos serán su próximo reto, porque al final, “lo que viene de las montañas también acaba en el mar”. Pero lo primero es fijarse en lo que tenemos justo delante, la playa del Orzán. Adelantan que para el Día Mundial de los Océanos están preparando una gran acción con Mar de Fábula. “Queremos que todos nos podamos sentir orgullosos de nuestra playa y llenarla de cientos de personas. Vivimos como quien dice en una isla y tenemos que proteger el mar y reivindicar nuestras playas”.
Lo de atravesar la puerta pequeña es también una alegoría. Hay que dar estar decidido a dar el paso para ver lo que hay detrás, y son pequeños los gestos que sumados, hacen algo muy grande. Tras esa puerta pequeña, el mar.