Todo el socialismo español tiene la vista puesta en las primarias del PSOE andaluz cuya primera vuelta se celebrará este domingo 13 de junio. La buena estrella que supuestamente acompaña a Pedro Sánchez parece haberse eclipsado y muchos militantes no acaban de entender el endiosamiento del inquilino de la Moncloa y su dependencia de un mercenario como Iván Redondo, que siempre ha trabajado para el PP, pero que ha encontrado en la mediocridad del sanchismo un hábitat inmejorable para crecer y apropiarse de un partido centenario.
Apenas unos pocos de la vieja guardia socialista han levantado la voz contra la deriva del ya rebautizado como Partido Sanchista. Pero en Coruña, el silencio es atronador. En las primarias que supusieron la resurrección de Pedro Sánchez en el 2017, el actual portavoz coruñés y mano derecha del secretario provincial, Valentín González Formoso, no dudaba en abarrotar sus perfiles en redes de fotos con Susana Díaz, entonces presidenta andaluza y antigua compañera de batallas en las juventudes del partido.
Sí, hablamos de José Manuel Lage Tuñas, que también ha disfrutado de una particular resurrección que le ha permitido abandonar su Outes natal, previo paso por Noia, para convertirse en el factótum de María Pita, suplantando en muchas ocasiones a la teórica alcaldesa titular, Inés Rey, feliz con su protagonismo mediático a pesar de su absoluta irrelevancia orgánica, tanto en la ciudad, como en la provincia, en Galicia o incluso a nivel estatal.
Inés Rey fue en aquella campaña uno de los dos coordinadores en Galicia de la campaña de Susana Díaz e incluso ejerció de telonera en el mitin de la andaluza en Palexco, donde muchos socialistas pata negra salieron avergonzados del escaso talento de las dos oradoras principales.
Lage y Rey no son capaces de sacar un presupuesto en Coruña y, prudentemente, intentan no pisar más callos de los necesarios a nivel orgánico. Lage se sabe bajo sospecha con numerosos dardos sobre su comportamiento al frente del área de Contratación del Ayuntamiento. El Presco, su plan estrella anticrisis que consistía poco más que en pagar casi 18.000 euros al trimestre a los tres principales medios de comunicación de la ciudad, en prometer ayudas y no pagarlas y traer a algún grupo de Outes a tocar a la Plaza de Vigo, será el siguiente foco de quienes, desde dentro y desde fuera del PSOE, le tienen en el punto de mira.
Las encuestas, hasta ahora, sonríen a los socialistas, pero a estas alturas ya está claro que una mayoría absoluta es una quimera y que habrá que pactar para seguir en el sillón principal de María Pita. La duda es con quien. Antes, también habrá que ver si Ferraz sigue mirando para otro lado o empieza a revisar los numerosos documentos que varios militantes llevan meses remitiendo a las instancias orgánicas para evitar que posibles actos del exconcejal de Noia acaben enterrando el gobierno socialista en la ciudad recuperado después de ocho años.
Inés Rey y Lage Tuñas seguirán guardando silencio sobre las peleas orgánicas en Madrid porque tampoco han sido capaces de tumbar a un Gonzalo Caballero que no entusiasma a nadie, pero que ha resultado tener más apoyos que el propio Lage.
¿Se atreverán la alcaldesa y su mano derecha (sí, derecha) a medir sus fuerzas en la lista para elegir compromisarios para el congreso federal del PSOE en Valencia en octubre o buscarán un pacto de conveniencia que les permita seguir ocultando su pasado?
El socialismo coruñés sigue en ebullición.