La semana pasada se presentaron los datos de donación de sangre de 2020 y Sanidade nos ha tratado de vender las bondades de una noticia preocupante. Llevan años presumiendo que Galicia cumple las cifras de donación de sangre que marca la OMS para conseguir que los hospitales puedan atender a todos los pacientes que necesitan una transfusión y el pasado jueves se olvidaron de asumir que en Galicia hemos vuelto a bajar de 40 donaciones por mil habitantes.
Lo primero que hay que hacer para resolver un problema es aceptar con honestidad que tenemos un problema y no ocultarlo.
Lo segundo es aclarar si se están poniendo todos los recursos para que este organismo solidario cumpla su función. Desconocemos este extremo porque no lo han contado en la rueda de prensa. Tienen una oportunidad magnífica para informar a la población y quedarnos tranquilos.
Y lo tercero es analizar si se invierte el suficiente presupuesto para que la donación de sangre alcance notoriedad y concienciar así a los gallegos de que donen sangre cada año. En este último caso podemos afirmar que la donación de sangre tiene escasa presencia en los medios de comunicación.
Por último, nos hemos quedado muy preocupados porque no han contado que van a hacer este año para volver a alcanzar las cifras necesarias para garantizar las transfusiones en los hospitales.
El año pasado, los centros sanitarios se volcaron en frenar la pandemia de coronavirus, pero este año, una vez que se mitigue esta pandemia, volverán a alcanzar la velocidad de crucero y se reanudará el trabajo en los quirófanos con gran intensidad.
En consecuencia, a los gestores de ADOS (Agencia Gallega de Donación de Sangre) le exigimos que gestionen mejor y destinen los recursos necesarios para cumplir con sus obligaciones. Y a los ciudadanos de a pie les rogamos que se acerquen a las unidades móviles para donar sangre. Es responsabilidad de todos. La sanidad necesita ese combustible solidario para funcionar.