Que no se pongan nerviosos sus detractores, que los tiene. Arturo Dopico, uno de los grandes referentes de las telecomunicaciones en todo el mundo, no tiene previsto volver a sentarse en el sillón de mando del Obelisco coruñés. Dopico ha sido desde sus nuevas responsabilidades en la portuguesa Nowo una pieza clave en el diseño de la oferta del grupo MásMóvil por Euskaltel y el rosario de empresas que ha ido unificando la empresa aún vasca en los últimos años.
El ingeniero coruñés se fue con un generoso finiquito y algún elogio con la boca pequeña de R después de haberla levantado desde cero y colocarla como una de las empresas más rentables, y más codiciadas, de un sector en permanente ebullición que supo valorar la contención de costes y la generación de riqueza de la firma coruñesa.
Dopico, que este Jueves Santo celebró su cumpleaños, dejó R el 28 de noviembre del 2011 tras pilotar la venta de la compañía. Tras un breve período de reflexión, fue reclutado por Meinrad Spenger, consejero delegado de MásMóvil, para lanzar su primera incursión en Portugal. Spengler presume de haber veraneado varias veces en A Coruña, en un piso de la calle San Andrés, a pocos metros de la sede central de R, y de haber surfeado las olas de la costa ártabra en numerosas ocasiones.
El conocimiento de Arturo Dopico de los entresijos de Euskaltel tras el proceso de negociación de la venta de R ayudó también a la multinacional liderada por Spenger a variar su estrategia de mercado para engullir primero a la firma vasca y dejar para más adelante un intento de asalto a Vodafone.
Dopico, por el momento, según indicó Meinrad Spenger a La Voz de Galicia, seguirá en Portugal, pero sus muchos fieles en R saben que tienen el apoyo de uno de los mejores conocedores del mercado de las telecomunicaciones en España. Y seguro que su opinión será clave en los muchos cambios que se avecinan