Inditex articula una rápida respuesta a los retos que le plentea el comercio digital y tras la inauguración el pasado mes de marzo de un edificio inteligente que alberga, entre otros departamentos, los nuevos estudios de e-commerce, ya trabaja en levantar dos nuevas construcciones en el Polígono de Sabón que dedicará al comercio electrónico. Los dos nuevos edificios está previsto que alberguen hasta 8.000 trabajadores dedicados a un canal de ventas que ya es imparable.
La pandemia ha acelerado las intenciones de Inditex, que contaba con que en 2022 el porcentaje de sus ventas online supusieran una cuarta parte del total, pero que cerraron el pasado ejercicio situándose en un 32,4%. Las previsiones se han desbordado y el reto logístico que se afronta en Sabón no sólo es descomunal sino que ya es urgente.
El tráfico digital a nivel mundial ha crecido en el primer trimestre de año un 27% con relación al año pasado. En España ese porcentaje se ha disparado hasta el 50%, que son cifras muy similares a las que presenta Inditex. Los hábitos de compra han cambiado y en Sabón no quieren perder el paso. Dos inmensos edificios albergarán la respuesta catorce años después de que la firma se introdujese en el e-commerce. Hoy gestiona picos de hasta 400.000 pedidos por hora.
Inditex anunció una inversión superior a los 1.000 millones de euros para impulsar la actividad online, mientras otros 1.700 se dedicarán a mejorar la plataforma integrada de tiendas, incorporando herramientas de tecnología avanzada. La firma coruñesa factura desde España todas las ventas online que realiza en Europa.
Con todo, la compañía se mueve en el mercado electrónico con sus proverbial prudencia. “Lo importante es la integración del canal online y físico”, apunta Pablo Isla, primer ejecutivo de la compañía