Aislado en su reducto de la Confederación de Empresarios de La Coruña, apenas rodeado de un grupo de pretorianos, el otrora influyente Antonio Fontenla no deja de dar palos de ciego. Cualquiera de los movimientos del menguado colectivo que preside alerta sobre el anacronismo que le envuelve.
El último episodio ha llamado la atención de algunos empresarios, ahora mismo en estado de alerta por el salvaje alza del precio de la electricidad y atónitos porque desde el feudo de Ramil se haya programado durante esta semana un evento de presentación de Iberdrola.
La excusa de la aerotermia, un modo de climatización que se presenta como “verde”, sirvió para albergar un evento comercial de esta índole en un tiempo tan complicado y en el que las eléctricas están en solfa, Iberdrola se encargó de presentar y reclutar a voluntarios que explicasen “casos de éxito” para captar nuevos clientes.
Fontenla destacó la importancia de aprovechar los fondos europeos para la reconstrucción para hacer de las renovables la locomotora de la nueva economía pospandemia y resaltó que las empresas deben de ser la punta de lanza de la transición energética. El pasado mes de abril la Confederación de Empresarios de A Coruña aprobó un reconocimiento a Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, por su compromiso con el tejido empresarial gallego, en especial por su apoyo al desarrollo de la eólica marina.