Abanca ha obtenido en 2021 un beneficio atribuido de 323,3 millones de euros, lo que supone el doble que el ejercicio anterior, con un incremento del 101,9% respecto a los 160 millones que ganó en 2020. El 80% de la entidad que sucede a las antiguas cajas de ahorros gallegas está en manos del venezolano Juan Carlos Escotet. Entre 2015 y junio de 2020, Abanca ya había reportado beneficios por valor de 1.948 millones de euros, casi el doble de lo que pagó Escotet por adquirir las Cajas.
A su vez, el volumen de negocio superó los 108.000 millones de euros tras registrar un crecimiento interanual del 18,8 %. Estos resultados, que han sido presentados en una rueda de prensa en Santiago de Compostela, se enmarcan en “un ejercicio marcado por la mejora de la rentabilidad estructural y los avances logrados en materia de sostenibilidad” en un entorno de gran complejidad marcado por la pandemia sanitaria.
Escotet reconoció que este año ha sido “realmente bueno” porque la entidad ha «salido reforzada de la crisis” y ampliado segmentos de negocios importantes con un “aumento importante de clientes”, sobre todo fuera de Galicia.
Abanca obtuvo un resultado de 323,3 millones de euros en 2021, un ejercicio marcado por la mejora de la rentabilidad estructural y los avances logrados en materia de sostenibilidad, todo ello en un entorno de gran complejidad.
Según han explicado Escotet, acompañado por el consejero delegado, Francisco Botas, la entidad basó su resultado en el aumento de los ingresos recurrentes, con un avance del 6,2 % en el margen básico. En paralelo, continuó con las medidas de control de gastos y realización de sinergias, lo que permitió mejorar el margen recurrente un 33,1 % hasta alcanzar los 241 millones de euros.
La tasa de morosidad de la entidad se ha mantenido prácticamente igual que el pasado ejercicio, en un 2,1 % y se ha elevado al 85,3 % la cobertura en activos dudosos y al 101,4 % en dudosos de pymes y grandes empresas. Y desde la entidad bancaria han insistido en que la actividad de negocio recuperó los niveles previos a la crisis en las principales líneas de negocio ya que la formalización de hipotecas creció un 40,9 % y el crédito a clientes aumentó un 17,6 %. Igualmente, los depósitos de clientes crecieron un 17 % y alcanzan los 49.793 millones de euros.
En este ejercicio, la incorporación al Grupo Abanca de Bankoa y del negocio de Novo Banco en España ha contribuido también a mejorar la rentabilidad estructural de la entidad por lo que de cara a 2022 siguen “abiertos y muy atentos” a lo que sucede en el mercado para continuar con una “estrategia de crecimiento”. A este hilo, han destacado que el éxito de la política de integraciones llevada a cabo por Abanca en los últimos ejercicios queda reflejado en el crecimiento de negocio, que aumenta un 57 % respecto a 2018.
Escotet ha recordado que ya han sido seis las operaciones de integración realizadas por la entidad aunque, por otro lado, descartan la posibilidad de salir a Bolsa en un corto plazo al menos “hasta que la política de tipos de interés no cambie”. “Vemos interesante tener una empresa cotizada, no está lejos de nuestra vocación, pero no hay prisa», ha apuntado el presidente de la entidad.