Todos teníamos una gran ilusión de ver a este nuevo Deportivo, después del batacazo de la pasada temporada. Muchos jugadores nuevos. Entrenador nuevo. Secretario técnico nuevo. Todos intuíamos que el perfil de los fichajes parecía, en principio, más adaptado tanto deportiva como económicamente a la situación actual del club. Parece que la inmensa mayoría ya hemos comprendido, después de darnos de bruces con la realidad, que solo podemos volver a nuestro sitio desde la humildad y con los pies en el suelo.
Esto no asegura ascensos, ni que se acierte o no en la confección de la plantilla, pero es un primer paso. El primer partido de fuego real no ha podido dar mejores sensaciones. Es cierto que se trata del Celta B, con poca pretemporada y muchos cambios. Quizás la racionalidad indicaría que tenemos que pensar mejor esto de venirnos tan arriba.
Pero el futbol es todo menos racional. En todo caso, teníamos la necesidad imperiosa de ver jugar bien a nuestro equipo. La parte emocional que llevamos dentro necesitaba una noche como esta, sea el Celta B o el Chelsea quien esté enfrente. Y el equipo cumplió. Es cierto que, como dirían unos señores afamados de Liverpool, nos falta un “The long and winding road”, pero nuestro corazón necesitaba un gran desahogo liberador de decepciones y pandemias. Eso es lo que sucedió en Riazor el domingo pasado.
Todo fue positivo en ese estreno. Goles de bella factura. Asistencia por fin razonable en tiempos de restricciones, aunque queremos más. Ilusión a tope. Pero quizá lo que más nos ha llegado al alma deportivista ha sido el debut de los dos canteranos juveniles, que venían ya de proporcionarnos el único bálsamo de la nefasta pasada temporada.
Tanto Trilli a lo largo de todo el partido, como Noel en los minutos que jugó, no solo han hecho un partido excepcional sino que han demostrado que pueden estar ahí. Que es posible y no casual, aunque detrás estén muchos años de trabajo de mucha gente, que lleguen al primer equipo y que no sean incluso los únicos en hacerlo, con una edad tan temprana que la única preocupación es que tanto halago e ilusión justificada no les haga daño en sus cabezas juveniles. No tiene necesariamente que pasar, en absoluto.
La identificación de la afición con el equipo y especialmente con sus canteranos, creo que es lo mejor que nos puede pasar para sortear la carrera de obstáculos que nos tienen que llevar nuevamente a lugares de donde no debimos salir.
Cuando ya pensaba que esto era así, sale a relucir, por si hubiera todavía capacidad de sorpresa, la bomba de nuestro amigo Touriñán. Gran profesional y gran deportivista. ¡¡¡¡¡¡¡¡Cuanto me ha hecho reír este hombre en la televisión y en directo!!!!!!!!!! Pero no sabía que me iba a hacer llorar de emoción con esa iniciativa tan inteligente como efectiva, que lo dicen todo de su persona, y de nuestra afición. Singularmente, y esto es un chute de esperanza en un casi viejo como yo, respecto a nuestra afición joven que no ha vivido glorias.
En menos de un día se han conseguido más de 40.000 euros, que dan para patrocinar la camiseta de Noel, la de Trilli, y la de los dos próximos canteranos que debuten, que a este paso va a ser muy pronto. Un gran despliegue de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser aún. Una iniciativa sin precedentes, posiblemente en ningún club de nuestro entorno. Una propuesta al deportivismo, que además que no ha necesitado de ninguna persona o grupo que haga de intermediario entre Dios y los feligreses de la fe blanquiazul.
No hemos necesitado obispos, ni diáconos, ni ordenes religiosas, ni repartidores de bendiciones, ni imanes, ni talibanes. El deportivismo se ha movido por si mismo. Incluso diría que resultan significativos, aunque groseramente minoritarios, algunos silencios y algunas manifestaciones puntuales en redes sociales que matan al mensajero, por no se que agravio de hace muchos años. Todo esto en contraste con la opinión de la inmensa mayoría que participando o no de la iniciativa, han valorado esta especie de “suave puñetazo en la mesa” como el inicio de una nueva era.
Abrir una nueva etapa en el deportivismo e intentar ir hacia arriba sin toxicidad, sin trincheras, sin importar si el club es de Abanca (lamentablemente eso ya está hecho con la aprobación de muchísimos), o es de tal o cual… Si el presidente se llama tal o se llama cual. Si el entrenador es alto o bajo, si los jugadores, jóvenes y que incluso en categorías como la que estamos ganan mucho más dinero que chicos de su edad, son más caprichosos o menos, o usan las redes sociales, o tienen tal o cual coche deportivo.
Como diría el gran Bob Dylan “The Times they Are a-Changing”. Y al que no lo reconozca así, le pasarán por encima. Se lo recomiendo a todos los que parece que tienen alguna dificultad en adaptarse a los nuevos tiempos y celebrar el pasado con orgullo, pero sin toxicidades. Creo que todos los que han ocupado cargos en el Deportivo, desde presidentes hasta delegados, tienen que saber marcharse cuando toca y saber seguir apoyando desde la discreción. Lo contrario puede llegar a alcanzar lo patético, como hemos observado recientemente en más de un caso.
Y disfrutemos sin que nadie nos diga ni cuándo ni cómo. Es la unica manera sana y real de volver al sitio que al Deportivo le corresponde y merece.
Forza Depor e Grazas Touri.