“¿Sí me veo en el Deportivo? Creo que no está en venta, así que no hay opción, pero pues claro que sí, me encantaría soñar algún día. En lo que pueda lo voy a ayudar”. Ignacio Rivera (A Coruña, 1965), presidente ejecutivo de la Corporación Hijos de Rivera, dueña de Estrella Galicia, no descarta hacerse cargo algún día de la mayoría accionarial del Deportivo. El empresario coruñés es el impulsor de Élite Gestión y Administración, que a finales de 2017 se hizo cargo del Racing de Ferrol cuando ocupaba puestos de descenso a Tercera División, categoría a la que acabó por caer en esa campaña.
Hoy el cuadro de la ciudad departamental está en puesto de ascenso a Primera División y juega por primera vez en su historia en una categoría por encima del Deportivo. “El club tiene la situación que tiene, con desajustes. Pero en lo que pueda voy a ayudar siempre al club de mi corazón y si algún día se cruza en el camino… ¿por qué no voy a hacerlo?”, apuntó sobre una posible adquisición, antes de aclarar que no está en su punto de mira a día de hoy: “En este momento el Deportivo está en buenas manos y ojalá que nos dé alegrías».
“Soy deportivista hasta la médula”, explicó Rivera en una conversación con Jesús Suárez en el canal de YouTube “As Charlas do Xerión”. Durante casi una hora desgranó su experiencia vital y profesional, confesó que alguna vez había cerrado Soweto, mítico templo de la noche coruñesa a finales de los años ochenta, y se detuvo en su relación con el fútbol, al que se aficionó de niño yendo a Riazor con su padre. “Él era un gran aficionado y le gustaba mucho Ferrol, que era una ciudad muy animada en aquella época”.
A través de ese vínculo emocional con Ferrol y con el fútbol se explica el proyecto que ha revitalizado al Racing y expone una idea de gestión que cerca estuvo de aplicarse en Riazor. “En su momento se hizo un intento de hacer un proyecto con Mauro Silva, pero no salió por varias circunstancias”, apuntó Rivera, que asume que no tiene “ni puñetera idea de fútbol”, pero que en la conversación con Suárez deslizó la importancia que tiene en todos los entornos rodearse de los mejores profesionales para poder crecer.
Rivera aplica esa máxima en Ferrol, iniciativa que desvincula de la empresa -“es un tema privado mío, no tiene nada que ver con Estrella Galicia”, aclara- y al que llega por esa pasión futbolera. “Siempre la tuve por la amistad con Augusto (Lendoiro), por la amistad con Tino (Fernández). Me metí en el proyecto, tuvimos la mala suerte de bajar a Tercera y ahí pensamos que ya nada peor nos podía pasar y empezamos un proyecto con mucha humildad en el que quisimos rodearnos con gente que entendiese la filosofia de competir y pasártelo bien”, desgrana. El expresidente del Deportivo, Tino Fernández, le acompaña en una aventura que ha devuelto a la entidad a la élite profesional del fútbol español.
Pero el periplo y el afecto por el Racing no opaca el sentimiento deportivista. Y a Rivera, cuya compañía patrocina al club blanquiazul desde marzo de 2009, le duele que se le catalogue como desafecto al club de su ciudad. “Lo hemos apoyado de otras maneras antes de Lendoiro y con Lendoiro. Hemos ido a ampliaciones de capital que estaban perseguidas en esta ciudad”, apuntó antes de recordar que en un determinado momento de apuro económico fue Hijos de Rivera la que puso dinero para que el equipo pudiese viajar a disputar partidos lejos de A Coruña. “Me duele mucho como persona que se diga que ahora es como que he traicionado al Deportivo. Intentamos sacar adelante un proyecto, no salió y nos apartamos. Soy deportivista, sufro mucho con el Dépor, y disfruto con el Racing porque es un proyecto hecho desde abajo y cuando las cosas salen bien y las haces desde abajo tienes derecho a disfrutarlas y a creer en ellas. El Racing no es un proyecto contra nadie”, concluyó.