En la búsqueda de gestos, guiños o situaciones generadas por los propietarios del Deportivo resultó interesante observar presencias y ausencias en el palco de Riazor en la tarde de este domingo. Antonio Couceiro presidió el partido más arropado que en su estreno hace tres semanas contra el Guijuelo. La alcaldesa, Inés Rey, acudió a la zona noble del estadio y desde la primera fila a la izquierda de Couceiro, por supuesto, presenció el partido entre Deportivo y Pontevedra. Es interesante recordar que la entrada de Abanca como accionista mayoritario del club blanquiazul obliga a que se tenga que replantear el convenio entre Deportivo y Concello que regula, entre otras cuestiones, el uso del estadio municipal de Riazor.
El acuerdo firmado hace algo más de veinte años entre Francisco Vázquez y Augusto César Lendoiro apuntaba que el pacto decaería cuando el sistema de accionariado vigente en aquel momento fuese modificado “dando lugar a la existencia de un accionista o grupo de accionistas mayoritarios”. Esa es la situación actual, por lo que la firma de un nuevo convenio con el horizonte de que en cuatro años finalizaría su vigencia, la que otorgaba la concesión del estadio al Deportivo por 25 años. En todo caso parece existir sintonía entre las partes, por más que en el consejo de administración al que mostró la puerta Abanca uno de sus más destacados integrantes, Juan Antonio Armenteros, sea amigo de la alcaldesa.
A pesar de la abrupta salida del grupo dirigente presidido por Fernando Vidal, su consejero Armenteros estaba también presente ayer en el palco de Riazor. Lo hizo en calidad de expresidente, que lo fue en el interregno entre Zas y Vidal, cuando el primero se negó a estampar su firma en unos papeles que sentía que le comprometían más de lo debido y las prisas por salvar al Deportivo del averno y llevarlo de la mano a la entidad bancaria aconsejaron una rápida cooptación.
Armenteros fue presidente del club durante 19 días, suficientes no sólo para gozar de acceso al palco según el protocolo de la entidad sino también para figurar en el listado de presidentes que jalona la Sala Calvet, la más noble de la sede deportivista en la Plaza de Pontevedra. Un listado que, por cierto, se cambió en su día y pasó de ser ascendente a descendente. O lo que es igual, en vez de encabezarlo Luis Cornide Quiroga, primer presidente del club, pasó a liderarlo Fernando Vidal Raposo.
El presidente más longevo del club también estuvo este domingo en Riazor. Augusto César Lendoiro se sentó en la tercera fila del palco, que ocupó en casi todos los partidos en los que Fernando Vidal estaba al mando, pero al que faltó para presenciar el duelo contra el Guijuelo. Lendoiro ya expresó en público su disposición a tener un conversación con Juan Carlos Escotet, pero no parece probable que se lo vaya a encontrar en el palco: desde que Abanca tiene la mayoría accionarial del club, el banquero venezolano no ha acudido al estadio. Este domingo no fue diferente. Entre Lendoiro y Couceiro estaba ubicado distancia de seguridad mediante, Rafael Louzán, presidente de la Federación Gallega de Fútbol y expresidente de la Diputación de Pontevedra, confeso aficionado del club granate además. En el descanso se le vio charlar animadamente con Óscar Rama, asesor jurídico del Deportivo.
Más inesperada pareció la presencia de Fran. El responsable de la cantera deportivista normalmente acompaña al Fabril en sus partidos, pero este fin de semana prefirió hacer doblete con el juvenil en el derbi ante el Celta en Abegondo y acudir a Riazor al partido del primer equipo. Su ascenso en la nomenclatura del club es evidente.