(Texto actualizado tras la incorporación de Alberto Benito)
Tras cumplir una semana de entrenamientos y enfocado ya hacia el primer partido de pretemporada el próximo sábado en Vilalba, el Deportivo apura la composición de un grupo que compita por regresar a Segunda División. La revolución es total en su confección y todo apunta a que respecto a la decepcionante campaña pasada tan sólo seguirán en la plantilla cinco o seis futbolistas. Es el lógico colofón a un desastre que en algún caso tendrá que resolverse mediante un Expediente de Regulación de Empleo.
Un repaso a los movimientos del club apunta a las siguientes conclusiones, entre ellas que el Deportivo busca todavía tres o cuatro refuerzos:
Reducción de la masa salarial sin perder potencial futbolístico. El objetivo es pelear por un ascenso que el club no tuvo ni siquiera cerca la pasada temporada. Y hacerlo con un plantel considerablemente más barato, tanto como la mitad. El condicionante económico es clave a la hora de decidir continuidades o salidas, también la convicción de que las diferencias futbolísticas no justificaban algunos desembolsos. Después de que se disparase con la pólvora del rey banquero, el Deportivo ha dejado de actuar como un club manirroto y regresa a los precios del mercado.
Mackay como referencia bajo palos y la posibilidad de incorporar otro meta. El portero coruñés regresa a casa y lo hace no sólo con galones de titularidad sino como una posible referencia en una caseta que por fuerza debe buscarlas. El novel Brea ocupará una de las fichas sub-23, pero el club tiene la opción de incorporar un meta de edad superior. La Federación permite la inscripción de 17 futbolistas mayores de 23 años y admite, a mayores, un portero. Es una opción que queda abierta hasta el final del mercado, en función de sus avatares.
Tres centrales son multitud. Con todas las plazas sub-23 en principio cubiertas y la restricción respecto a las demás, no parece aconsejable gastar cuatro de las 17 fichas en futbolistas que sólo se puedan alinear en el centro de la zaga. Más en una plantilla en la que Álex Bergantiños ha demostrado sobradamente su capacidad para rendir en ese rol. Lapeña, Trigueros y Jaime Sánchez jugaron el año pasado en Segunda División con salarios menores que los de Borja Granero en Segunda B. Por ejemplo, el central procedente del Sabadell estaba entre los peor pagados de su equipo, apenas sobre el mínimo permitido en la Liga Smartbank.
Una vez más se valora la relación calidad-precio en la categoría en la que juega el Deportivo, no en la que sueña con jugar, y no parece que Granero, que hizo muy bien en firmar el contrato que le ofrecieron el pasado verano, esté en esa realidad. La llegada de Jaime Sánchez le abre la puerta, aunque el equipo se quedaría sin zurdos en esa posición, una incomodidad para un equipo que quiere salir con el balón por abajo… salvo que Juan Rodriguez, con ficha del filial, diese el paso adelante que algunos esperaban y aún no ha llegado.
Refuerzos para el ataque. Valín, con ficha sub-23, necesitaba compañía. El club acaba de firmar a Alberto Benito, un lateral derecho, aunque confía en las posibilidades del juvenil Trilli para mostrarse de inmediato. El centro del campo está cubierto tan sólo a expensas de alguna salida y existe déficit en el ataque, sobre todo en las bandas. También parece necesario un delantero más porque Quiles asegura que le gusta más evolucionar en la mediapunta.
La plantilla tiene confirmada, salvo inesperados movimientos, la presencia de 12 futbolistas mayores de 23 años (Mackay, Lapeña, Trigueros, Jaime Sánchez, Héctor Fernández, Diego Aguirre, Álex Bergantiños, Villares, De Vicente, Menudo, Miku y Quiles). Deben sumarse, por tanto, cinco más en el caso de que salgan Borja Granero y Salva Ruiz. ambos con contratos por encima de lo que desea pagar el club. Si Keko, que también está por encima de ese tope, se quedase ya sólo serían cuatro.
Los sub-23. Aparentemente el cupo está cubierto. Tres de los futbolistas son recién llegados (Calavera, De Camargo y el colombiano Juerguen, un tapado que estaba entre los futbolistas mejor pagados de la Ponferradina). Si hay movimientos los únicos que se podrían ver afectados son Brea, Valín y, sobre todo, Gandoy, que evoluciona en una demarcación superpoblada.
Los juveniles. La expectación se ha disparado en torno al futuro inmediato de los integrantes del equipo campeón. El lateral Trilli y el delantero Noel parecen los mejor posicionados para alternar con el primer equipo. Por ahora, junto a otros compañeros como el lateral zurdo Guille Bueno (que ya no es juvenil), el extremo Yeremay, o los porteros Brais Suárez y Hugo Ríos, se muestran en los entrenamientos que dirige Borja Jiménez en Abegondo.
Las salidas. Algunas son seguras porque sus contratos son inasumibles para un club que no quiere engrosar sus números rojos (Uche Agbo, Diego Rolan, Fede Cartabia, Celso Borges), otros semejan estar en el apartado de probables, pero más fuera que dentro (Salva Ruiz, Borja Granero, Keko). El ahorro anual en esas siete fichas se iría más allá de los 3 millones de euros.
¿Tendrá el Deportivo un equipo competitivo? Debería tenerlo. Seguramente el de mayor potencial de su grupo, tanto en lo futbolístico como, una vez más, en lo económico. Ya se vio en los últimos meses que eso no es garantía de nada. Importa la alquimia. El armazón está montado con un meta experto, centrales con buena salida de balón y futbolistas que aúnan experiencia en la categoría con la madurez precisa para dar el salto. Debería haber hambre.
Pero ahora mismo falta la guinda, los tres o cuatro hombres que llegarán para reforzar el ataque, e incluso la llegada de un lateral derecho de carácter ofensivo. Ellos deben darle al equipo la pincelada definitiva para dominar los partidos en campo contrario tal y como pretende el entrenador. Y con gol, algo que de lo que carecía el proyecto conformado hace un año. Ese es el gran desafío ahora mismo de la secretaría técnica del Deportivo, que parece esperar a las oportunidades que puedan surgir de futbolistas que buscaban hueco en la categoría superior y no acaban de encontrarlo.