El Real Club Deportivo incumplió en la primera jornada de Liga el convenio que mantiene vigente con el Ayuntamiento de A Coruña. Lo hizo al decidir que los únicos integrantes de la corporación municipal con derecho para acceder al palco del estadio de Riazor fuesen la alcaldesa y los portavoces de los tres grupos municipales. Ninguno de ellos acudió a la zona noble del estadio, sí lo hizo Inés Rey. El Deportivo accedió a entregar dos invitaciones a cada grupo político con representación en María Pita para que accediesen a una localidad en la grada. El Ayuntamiento gestiona también uno de los mejores palcos VIP del estadio, pero ahí es el gobierno local quien decide quien tiene acceso.
El convenio firmado el 7 de agosto del año 2000 por el entonces alcalde Francisco Vázquez y el presidente deportivista Augusto César Lendoiro detalla en siete escuetas cláusulas y dos anexos la relación entre el propietario del estadio y la sociedad anónima deportiva que lo utiliza. En una de esas clausulas se especifica que el convenio quedaría rescindido cuando el sistema de accionariado del deportivo se modificase “dando lugar a la existencia de un accionista o grupo de accionistas mayoritarios”. Eso ocurrió con la capitalización de préstamos por valor de 35 millones de euros que Abanca cambió por el 77% de las acciones del club en una junta extraordinaria celebrada en julio de 2020. Pero han pasado tres años y ninguna de las partes ha denunciado el convenio, de manera que se entiende como tácitamente vigente hasta su vencimiento, que se fijó en su día en 25 años, dentro de dos veranos.
En el acuerdo firmado por Vázquez y Lendoiro se especifican una serie de derechos y obligaciones de las dos partes. Entre los derechos del Ayuntamiento de A Coruña se observan cuatro. El primero de ellos señala que las instalaciones mantendrán el el nombre de “Estadio Municipal de Riazor”, siendo competente para la modificación del mismo única y exclusivamente el Excmo. Ayuntamiento de La Coruña. En 2017 el Deportivo rebautizó el estadio para sus eventos como Abanca Riazor gracias a una una autorización municipal para la utilización de ese nombre “única y exclusivamente en los partidos que dispute el Deportivo”. Con todo, tras la llegada de Inés Rey a la alcaldía se deslizó, según una información publicada por La Voz de Galicia, la intención de que en el nuevo convenio el club tenga que pagar al ayuntamiento por el uso comercial del nombre del estadio.
El segundo derecho que se especifica en el convenio detalla literalmente que “se mantendrá el acceso gratuito al palco de autoridades del Estadio Municipal de Riazor a los miembros de la Corporación Municipal, que tendrán ubicación preferente, así como a aquellas personas que sean relacionadas por la Alcaldía-Presidencia, manteniendo ésta el puesto de honor en el mismo que establece la normativa vigente en materia de protocolo”. Ese es el punto que se incumplió en el partido que abrió esta temporada ante el Rayo Majadahonda. El Deportivo había explicado antes de esa cita que iba a destinar el palco del estadio para “dar protagonismo a los principales sectores sociales en la zona más destacada del estadio”. Por ello en el partido inaugural del campeonato dio acceso al palco a socios con más de 50 años de antigüedad en el club y en la cita del proximo domingo contra el Teruel lo abrirá a 30 socios y socias deportivistas que vienen a Riazor cada partido que el equipo juega en casa, desplazándose desde fuera del área metropolitana coruñesa. Cada uno de esos deportivistas podrá estar acompañado por una persona, de manera que se ocupan 60 espacios en el palco, que tiene capacidad para 141 personas.
El club dispone además de 385 plazas en los palcos VIP de Preferencia y de 113 en Tribuna Inferior. Uno de los de Preferencia sigue, en virtud de un tercer derecho recogido en el convenio, en poder del Ayuntamiento, que se reserva el “uso exclusivo y gratuito”. Durante los últimos años el Deportivo realizó varias ofertas al gobierno local para recuperar ese espacio y comercializarlo (se trata de uno de los palcos más céntricos), pero ninguna fue aceptada. El último ofrecimiento del club cambiaba la cesión de ese palco por hasta 200 entradas en cada partido para que el ayuntamiento las ofreciese a entidades sociales de la ciudad. Pero el gobierno de Inés Rey no aceptó el trueque y dispone del palco, que casi siempre cubre su decena de localidades, para su discrecional uso y disfrute.
“Estamos en sintonía con el Concello”, explicó este martes, Álvaro García Diéguez, presidente del Deportivo, que asegura que no se han establecido conversaciones para firmar un nuevo convenio. No es así al menos desde su reciente llegada al club, pero ya con Abanca en mayoría accionarial, el Deportivo, ya con el actual consejero David Villasuso en la dirección general, envió un borrador con un apéndice al actual convenio que encontró varias discrepancias en el ayuntamiento.
El convenio no recoge, sin embargo, la obligatoriedad de acceso al palco de honor del estadio de Riazor de los expresidentes del Real Club Deportivo. En febrero de 2014, con la llegada del Consejo de Administración presidido por Tino Fernández, el club tomó la decisión de cursar una invitación a las personas que dirigieron en algún momento el club. Una de esos expresidentes acudió en alguna ocasión al palco y la primera vez que lo hizo le dio las gracias, emocionado, a los responsables del club porque llevaba más de 25 años sin que le permitiesen acceder a ese espacio.
Augusto César Lendoiro, que declinó durante más de cinco años las invitaciones para acudir al palco, hizo público a través de diversos medios a los que remitió un comunicado, su disconformidad con la decisión del club por el “despido” de los expresidentes del Deportivo del palco. Lendoiro hizo pública una misiva enviada al presidente actual en la que ponía en valor como una “señal muy positiva para la afición el observar una cierta unión por la mera presencia de todos los expresidentes en el palco”. El Deportivo había decidido que esas figuras se juntasen en la zona VIP ubicada tras los banquillos, pero Lendoiro, que presenció el partido contra el Rayo Majadahonda en una localidad de Tribuna Superior vecina al palco, le ha pedido al club que no le envíen más invitaciones para ese espacio.