El convenio entre Real Club Deportivo y Liceo por el cual el club blanquiazul se convertía en patrocinador del equipo más laureado del deporte gallego está a punto de romperse. Apenas un giro radical en las conversaciones evitaría el divorcio de un matrimonio firmado en diciembre de 2018, cuando Tino Fernández era presidente del Deportivo.
Entonces se firmó un convenio de 60.000 euros que se dispararían a 140.000 en caso de ascenso del equipo de fútbol a Primera División. Entonces estaba en esa lucha. Pero cuatro meses después el Consejo de Administración deportivista presentó su renuncia, poco después el equipo fracasó en el intento de dar el salto de categoría en una aciaga noche de San Juan en Mallorca y el equipo se hundió deportivamente. El acuerdo firmado con el Liceo no contemplaba cantidad alguna a aportar si el Deportivo estaba fuera del fútbol profesional.
A eso se agarra ahora el club deportivista para evitar el abono de cantidades al Liceo, que en su día recibió la ayuda firmada con Tino Fernández como un salvavidas en medio de la precariedad. Pero el acuerdo tampoco acabó de desarrollarse. “No venimos a paliar la situación del Liceo con una aportación económica, sino que la colaboración va más allá”, había explicado Tino Fernández en aquel momento.
El pacto entre ambos clubs apuntaba a la cesión de uso de oficinas y salas de reuniones en el Estadio de Riazor por parte del Liceo, el uso de instalaciones de la DéporClínica, el apoyo en servicios médicos y de fisioterapia, y un córner en la DéporTienda para vende productos del club liceista. Iba a existir una coordinación en todo lo referente a la proyección pública y social de ambas marcas y entidades. Pocas de esas pautas acabaron por completarse en medio de intoxicaciones interesadas sobre aspectos como el empleo de la camiseta blanquiazul en vez de la verde. El Deportivo nunca obligó, como así se evidenció con el tiempo, a que el Liceo jugase de blanquiazul, colores que por otra parte debería ser un orgullo portar en el deporte coruñés. Años atrás nada había pasado cuando Vodafone patrocinó al club verdiblanco y el equipo empezó a jugar con los colores corporativos del operador de telecomunicaciones.
Tampoco el Liceo fue absorbido por el Deportivo. “No se habla de integrar al Liceo como sección de hockey, una situación que ya sucedió en el pasado. El Liceo y el Deportivo seguirán manteniendo su total independencia legal, económica y directiva. El Deportivo será un patrocinador orgulloso más”, explicó Tino Fernández. La fórmula era tan golosa que poco después otro de los clubs emblemáticos de la ciudad acudió a la Plaza de Pontevedra para explorar un acuerdo similar.
Pero el Deportivo, que hace quince días recibió a los jugadores del Liceo en el palco de Riazor tras ganar la Supercopa, ya no parece tan orgulloso. O por lo menos no le hace gracia si eso supone un coste económico para las arcas de un club que acaba de amagar con un Expediente de Regulación de Empleo y que perdió una millonada en una lamentable gestión deportiva y económica realizada durante los últimos meses. La última reunión entre ambas partes no fue alentadora. Tampoco vale de mucho, en este caso, la relación que mantiene Abanca con el Liceo, un pequeño patrocinio cada vez más pírrico que en la actualidad no va más allá de poco más de 20.000 euros en tres años. A día de hoy es Estrella Galicia la firma que de manera más nítida apuesta por apoyar al emblemático campeón de hockey.