Gris tirando a negro como su equipación, el Básquet Coruña firmó un catastrófico partido en Alicante, donde cayó con estrépito en una tarde en la que se sucedieron las malas noticias. Sin Monaghan, lesionado, con la consabida ausencia de Pecikevicius, el equipo que dirige Sergio García se desplomó desde el manejo de balón, faceta en la que se tuvo que aplicar Dago Peña. Pero el dominicano fue la fotografía exacta del equipo, fallón y equivocado en la toma de decisiones se tuvo que marchar al vestuario tras cometer dos faltas antideportivas prácticamente consecutivas y muy evitables, una al final del segundo cuarto y la otra al inicio del tercero.
Todo fue nefasto en un duelo para olvidar, o quizás para todo lo contrario, para tomar nota de los problemas del equipo, que no acaba de ser solvente. Ante un rival que venía de cuatro derrotas consecutivas, Básquet Coruña palideció en todos los aspectos del juego y ni siquiera impuso su físico bajo tableros.
No fue el único aspecto en el que anduvo dolorido porque perdió 18 balones y apenas recuperó seis. Y en el aspecto individual no sólo hay que apuntar al debe de Peña. Matulionis en 31 minutos se quedó en cinco puntos y ni un acierto en cinco triples intentados. Belemene lanzó quince veces a canasta y anotó en tres. Jakstas y Nwogbo, más atinados, merecieron más minutos, pero el técnico los mantuvo en su rol de jugadores de rotación.
Todo se torció desde el inicio. Alicante empezó con acierto en el triple y obligó a los visitantes a ir a remolque, incómodo ante defensas alternas. Ni atacando zona ni para zafarse de las asignaciones individuales se activó Básquet Coruña, que cuando se vio en problemas quiso entrar en el partido desde la defensa. No lo consiguió. Intentó no irse del partido, hizo la goma en el marcador y un triple de Belemene, que se jugó más de los que debería, avivó esperanzas mediado el segundo cuarto (32-27).
Pero todo se paró ahí. El cuadro local cerró antes del descanso con un parcial de 14-3. Peña había intentado asumir el control de las operaciones, pero no lo consiguió. Mientras actuó de uno, no hubo dirección de equipo. Tampoco debió de ser cómodo para un jugador de sus características.
El dominicano se sacrificó y acabó desquiciado y fuera del partido. El resumen colectivo de la primera mitad fue catastrófico, con tres triples anotados de once intentos, 9 de 22 en tiros de dos y, sobre todo, doce rebotes capturados menos que el Alicante (8 contra 20).
El inicio del tercer cuarto fue alentador, un 0-8 de salida con Nwogbo estelar, tres canastas y una asistencia para el nigeriano. Maiza y Dago estaban en el mismo cinco, con el dominicano en su rol habitual. del 46-30 se pasó al 46-38, pero Alicante anotó dos triples consecutivos, Peña cometió su segunda antideportiva y el partido prácticamente se cerró cuando restaban 16 minutos por jugarse.
Era una eternidad, pero no hubo respuesta del equipo gris, que coleccionó pérdidas de balón. Le bastó a Alicante con seguir a su ritmo para moverse sobre los veinte puntos de ventaja sin sufrir grandes apuros y asegurarse no sólo el triunfo sino un sabroso basket average. Ahora está apenas una victoria por detrás del equipo coruñés, que buscará enmienda el próximo domingo en el Palacio ante Almansa, colista del grupo.