Sabemos, porque alguna vez se ha pregonado a voz en grito en el estadio, que en el Deportivo el escudo se respeta. Aunque la pasión ciegue la vista e impida que muchos aprecien los cambios introducidos en los últimos años para atender la demanda de la digitalización y la necesidad de replicar el emblema del club en diferentes aplicaciones y plataformas. En todo caso el escudo se mantiene casi inalterado desde 1912.
La esencia deportivista se mancilla, sostienen los más impresionables, si las rayas (todas, no unas pocas) se giran. Pero apenas hay debate sobre su grosor: se transitó entre la camiseta de pocos listones que en 2016 replicó la que vistió al equipo entre 1967 y 1973 o mucho antes, justo al final de la Guerra Civil, hasta la carcelaria de barras estrechas con la que el equipo descendió de Primera División en 2011, un diseño inédito antes y después.
Tampoco se discute sobre el posicionamiento de los colores, por más que entre 1946 y 1990 la tradición marcase que del cuello partía el azul. La rupturista equipación con la que el Deportivo regresó a Primera llevaba en blanco esa parte central y le daba a la camiseta un predominio de ese color. Hasta que en 1997 la primera casaca Adidas de la historia del club recuperó el sabor clásico. El azul volvió a articular desde entonces las rayas excepto en cuatro temporadas, la 2002-03, la 2005-06 y el interín entre 2007 y 2009 cuando Canterbury ejerció de proveedor de la entidad.
Pero, ¿y el color? ¿De qué color son las rayas, casi siempre verticales, de la camiseta del Deportivo o el tinte de su pantalón y medias?
Una parte de la respuesta es tan límpido como el color blanco. Pero el azul ha transitado por diferentes tonalidades a lo largo de los años, casi siempre muy tintado. Así fue a lo largo de los setenta y los ochenta, también en las posteriores, con alguna excepción como la que en 2005 saludó la llegada de Joaquín Caparrós al equipo y el final de su era dorada. Aquella camiseta, con predominio del blanco, portaba un azul más aclarado que en años anteriores.
Las tintadas fluctuaron en los años posteriores, tan oscuras como el devenir del equipo. Dicen los expertos en diseño gráfico que el empleo del rojo en la mezcla ayuda a oscurecer la tonalidad azul. En las últimas campañas se ha retirado rojo y se producido un leve aclarado, pero sobre todo una unificación. Ha llegado el azúl Dépor.
Todo aparece explicado en un Manual de Imagen Corporativa que se resume en uno de aplicaciones básicas de la marca Deportivo. Tipografías, logotipos y colores le dan una imagen coherente a un club donde ese valor no siempre ha sobrado y en el que el azul es una de las pocas cosas que no se tocan.
Una persona puede distinguir hasta 150 colores, pero según iluminación y saturación se puede llegar hasta más de siete millones de tintadas. En el fútbol es muy habitual encontrarse con clásicos que no siempre se ven igual. Se puede apreciar sin salir de Galicia, donde la camiseta del Celta fluctúa a través de los años en diferentes tonalidades de celeste.
El sistema Pantone identifica colores con códigos y genera un lenguaje cromático universal. “Luego puede ocurrir que cada marca de ropa deportiva tenga un código de color textil que no pantone, porque para las telas se emplean otros, pero tratamos de darles una guía muy aproximada”, explica un portavoz consultado en el club deportivista.
Tras una concienzuda labor de reconstrucción histórica y la necesidad de aplicar un criterio que favoreciese la unificación de una imagen de marca, el club ha determinado desde hace varios años que el azul Dépor sea el Pantone 300C, a la vista un poco más aclarado que el que se usaba en las camisetas de los años ochenta, o sin ir más lejos a la camiseta del ascenso en 2012. E incluso el resto de los colores del escudo del club tienen su clasificación correspondiente.