Sólo cuando suceda algo grave se tomarán medidas. Y será demasiado tarde. Ese es el pensamiento generalizado entre los vecinos de Matogrande después de que el pasado fin de semana se produjera el enésimo accidente de coche en la ronda de Camilo José Cela. Todos ellos bajo el mismo denominador común: un automóvil invadiendo la acera y haciendo inevitable pensar lo que hubiese sucedido si algún peatón se encontrase caminando en ese momento.
En este caso concreto, la invasión de la zona reservada a los viandantes fue todavía peor, llegando a impactar con el muro de una de las viviendas situadas al borde de la carretera. El accidente se produjo en la madrugada del viernes y tres personas, una de ellas menor, tuvieron que ser trasladadas al Complejo Hospitalario Universario de A Coruña y al Materno Infantil, respectivamente, después de destrozar también una farola. Al lugar del siniestro tuvieron que acudir los bomberos porque con el impacto se rompieron unas tuberías que provocaron una fuga de gas.
Este nuevo suceso vuelve a poner de actualidad una reclamación que viene de lejos entre los vecinos de la zona. Llevan varios años reclamando una barrera protectora, pero hasta ahora las respuestas que han recibido han sido únicamente de palabra. Nunca de hechos.
Y es que más allá de los accidentes en sí, la zona no es ni mucho menos segura en el día a día. La acera se estrecha considerablemente en algunos puntos y tampoco hay medidas para controlar la velocidad de los vehículos, limitada a 50 kilómetros/hora, que se incumple constantemente.