La Agrupación Socialista Coruñesa aportará algo menos de quinientos votos de los más de 7.000 que se esperan en toda Galicia en el extraño proceso de primarias para la elección de secretario general del PSOE gallego. Valentín González Formoso y Gonzalo Caballero son los dos aspirantes, pero la fidelidad de sus huestes es cuando menos dudosa. No menos que la de sus teóricos paladines.
Vamos por partes. A Valentín en A Coruña lo apoya Inés Rey, que es lo mismo que decir que la mano derecha de la alcaldesa, José Manuel Lage Tuñas, el muñidor que ha puesto toda la carne en el asador para intentar sacar un colchón de votos que permita al de As Pontes garantizar la victoria. La lista que se vota este sábado es para elegir 21 delegados que irán al congreso de diciembre a aplaudir al ganador. Pero es relevante por ver los equilibrios internos en una pelea que se presume apasionante por la dirección local.
Aunque Inés Rey se impuso en las primarias a la alcaldía hace casi tres años, lo cierto es que su base de apoyos no se ha incrementado demasiado. En la primera vuelta de aquella contienda obtuvo 93 apoyos de los más de cuatrocientos votantes. Y solo ganó en la segunda vuelta a José Manuel García, por la alianza con Juan Ignacio Borrego y Rafael Arangüena, que aportaron sus respectivos apoyos a la actual regidora para desplazar al candidato barconista.
Ahora, la coalición que sustenta a Valentín ha intentado repetir el esquema. Al núcleo duro de Lage (Inés, Yoya Neira, Fran Dinís y hasta el polifacético jefe del gabinete de alcaldía Gonzalo Castro) se han incorporado algunos leales al edil Borrego, como el speaker de Riazor, José Luis Núñez, o la concejala meiga Diana Sobral Cabanas.
La sorpresa llegó de la mano de Rafa Arangüena, que en la lista de las municipales se quedó fuera pese a ser el más votado en las primarias internas y que tampoco consiguió hacer valer sus apoyos en los dos procesos electorales celebrados para Madrid o las autonómicas. Muy vinculado por sus adversarios a su primo, Pablo Arangüena, número dos de Gonzalo Caballero, siempre intentó mantener su lealtad a Valentín González Formoso, a pesar de que el giro del grupo de la Diputación fue decisivo para su derrota en las primarias coruñesas por apenas una decena de votos. Rafa Arangüena, que es el actual vicesecretario general de la ejecutiva local, se coloca como número dos de la lista, que incluye en los puestos de salida a Manuel Regueiro, uno de sus más cercanos colaboradores.
De la candidatura proValentín sorprende la ausencia de Juan Villoslada, que fue su abanderado en la anterior contienda con Gonzalo Caballero, y la del propio Lage Tuñas, consciente del rechazo que registra su figura, como se puede ver en las protestas de las últimas semanas contra él y los numerosos frentes de polémica que le rodean en el proceloso mundo de las adjudicaciones y las negociaciones salariales.
La alianza parece coyuntural, porque la pelea por el control de la Agrupación Socialista Coruñesa tiene varios aspirantes y la designación de Inés Rey para la ejecutiva federal le imposibilita aspirar a cargos locales. Pero el golpe de efecto es indiscutible, aunque habrá que ver si suficiente para vencer en un partido tan dividido como el PSOE local.
La otra lista, compuesta por afiliados de base de los leales a Gonzalo Caballero y a Mar Barcón, está encabezada por Lois Fermín Rodríguez Vázquez, experimentado militante, que forma parte de la ejecutiva provincial. La lista fue presentada además por Pilar López-Riobóo, una de las más cercanas a la secretaria local, Eva Martínez Acón, enfrentada a la dirección provincial y a Lage Tuñas por el impago de las cuotas de cargo público a la Agrupación Local.
López-Riobóo fue subdelegada del Gobierno hasta su jubilación y su entonces jefe, Javier Losada, ya expresó su apoyo a Gonzalo Caballero. En la lista, en el tercer puesto, figura José Manuel García, el rival de Inés Rey en las primarias por la alcaldía, que ha mantenido un perfil bajo desde su derrota. Es en definitiva una mezcla de veteranos y noveles que reivindica el espíritu del viejo socialismo coruñés, algo desvirtuado en las últimas semanas por un inflado del censo que no llega a los extremos denunciados en As Pontes, pero que supone que se ha pasado de unos 540 afiliados a más de 600 con derecho a voto.
Las espadas están en todo lo alto, pero la decisión de Inés Rey de someterse a un plebiscito a nivel local puede ser un arma de doble filo. Su falta de empatía con la agrupación local es absoluta. Además de cesar a Martínez Acón como concejala, no ha visitado ni una sola vez la sede como alcaldesa (estuvo esta semana, pero en el acto de presentación de la candidatura de Valentín González Formoso) y la mayoría de sus cargos eventuales proceden de fuera de la ciudad coruñesa.
La votación de este sábado servirá para fijar posiciones de cara a una batalla local que se presume apasionante. Y aunque los dos bandos se dan por ganadores, uno de ellos, sin duda, perderá.