Gracias a una investigación conjunta llevada a cabo por el Equipo Territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Noia (A Coruña) y la Sección de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa (UCO), se ha logrado recuperar un cañón que había sido expoliado en la localidad coruñesa de Ribeira hace dos semanas. Pendiente de su estudio para determinar antigüedad y procedencia, a criterio de expertos de la Xunta de Galicia, podría pertenecer a alguna de las naves enviadas por Felipe II para combatir a Inglaterra en 1596
La investigación se había iniciado tras conocerse la noticia del hallazgo casual de tres cañones aparentemente de bronce por parte de mariscadores de la zona el pasado 14 de abril y la desaparición de uno de ellos cuando, al día siguiente, autoridades de la Xunta de Galicia apoyadas por la Armada pudieron recuperar solo dos de los cañones localizados inicialmente, sospechándose que el tercero podría haber sido expoliado.
Las primeras actuaciones llevadas a cabo se centraron en la existencia de un vídeo en el que aparecían las imágenes del cañón siendo expoliando cuando todavía se encontraba sumergido. Este hecho, junto a las contradicciones del relato ofrecido por algunos de los investigados y la denuncia de la Xunta de Galicia, hizo posible que la Guardia Civil fuera identificando a quienes podrían haber participado en la desaparición del cañón, además de esclarecer si el mismo pudiera estar fondeado en algún lugar seguro o escondido en alguna de las propiedades de los investigados.
Finalmente, gracias a la rápida intervención de las unidades de la Guardia Civil, se ha conseguido recuperar esta valiosa pieza que, probablemente, fue reflotada la misma noche de su localización y que finalmente ha sido entregada por algunos de los investigados, en el Puesto Principal de la Guardia Civil de Boiro (A Coruña).
Se sospecha que el expolio se debe al capricho personal de alguno de los investigados, al ver el cañón como un buen objeto de decoración. Más allá del valor que se podría obtener de la fundición del mismo, su mayor importancia radica en la valiosa información histórica y arqueológica que aporta, la cual se pierde cuando se extrae la pieza de su contexto y ubicación, dañando, muchas veces de manera irreversible, el yacimiento arqueológico subacuático en el que se encontraba.
En coordinación con el Servicio de Arqueología de la Xunta, se decidió trasladar el cañón al Museo del Mar de Vigo (Pontevedra), donde se iniciarán los trabajos para tratar de estabilizar el metal del que está compuesto, sin los que irremediablemente se deterioraría, compleja tarea de restauración, costosa y duradera.
De la misma manera, serán ahora estos técnicos quiénes tratarán de recomponer “el pzuzle” del que forma parte este cañón junto a los dos que fueron extraídos inicialmente, los cuales aportarán con toda seguridad una información de gran valor histórico.
En este sentido, conviene destacar que la propia Convención de 2001 de UNESCO, del Patrimonio Arqueológico Subacuático, prima la conservación in situ de estos elementos arqueológicos, dejando la intervención de urgencia para casos en los que exista riesgo de expolio y/o deterioro.