La iniciativa surgió de Any Voinea, taxista en A Coruña: “Quiero que las personas con discapacidad auditiva puedan usar el taxi como cualquier otra persona”. Y con esa determinación, llamó a la puerta de ACOPROS, la Asociación Gallega de Colaboración y Promoción del Sordo para contarles su idea y con el objetivo de que le ayudasen a difundir el servicio entre sus usuarios.
Rubén Capelán, orientador laboral en ACOPROS desde A Coruña, dio un salto de alegría ante la propuesta: “Nos emociona que surjan proyectos así, nos sorprendió porque no es algo que pase todos los días, más bien nos dedicamos a perseguir nosotros la accesibilidad en diferentes servicios. La empatía y la concienciación que tiene Any desde su puesto de trabajo como autónoma son una motivación para nosotros”.
“¿Por qué no voy a hacer mi taxi accesible si es un pequeño cambio, instalar un pequeño dispositivo del tamaño de una tablet y un cable al micrófono que puede mejorar por completo el servicio que presto a mis clientes con problemas de audición?” pensó esta taxista que se ha convertido en la primera en contar con un bucle magnético en A Coruña. Al ver que en Madrid se ponía en marcha la normativa que obligará a hacer accesible el taxi en la capital, ella misma se informó de cuáles eran los pasos para poder instalarlo en su herramienta de trabajo, su coche.
“Esperamos que la puesta en marcha del taxi de Any sirva para visibilizar a las personas con discapacidad auditiva y que anime a otras empresas a hacer estos pequeños cambios que suponen mucho para el colectivo. Normalizar y sensibilizar son siempre nuestros objetivos”, apunta Rubén.
Prueba sobre ruedas y a todo volumen
Hoy rodaba ya por A Coruña a modo de prueba el taxi adaptado que Any tenía reluciente para las cámaras de la TVG, que acudieron a grabar un reportaje. El encargado de dar el visto bueno (los “catadores de taxi”, como ellos mismo definieron su tarea) fueron Montxo Solórzano junto con María José Rial, que pusieron nota de sobresaliente al servicio prestado. “Una maravilla, pudimos escucharnos entre nosotros perfectamente y hablar con Any con total claridad”, contaban tras el paseo.
Montxo no se contuvo a ponerle banda sonora al momento: Drive my car, de los Beatles. Y es que él es un melómano que, aunque con discapacidad auditiva del 100%, no pierde nunca el sentido del humor. Fue DJ durante más de una década en el mítico pub Lautrec de la calle Sol de A Coruña hasta que un día, preparando la cena antes de salir a trabajar, su cabeza hizo “crack”. Un fuerte mareo, una caída hacia atrás, un golpe seco y luego todo negro.
El camino hacia su recuperación fue largo, y el optimismo y las ganas de volver a escuchar música la motivación que le ayudó a convivir con el silencio y superar las intervenciones quirúrgicas a las que tuvo que someterse. Su mayor ilusión estaba depositada en poder volver a vibrar con la música, y cuando por fin lo llevaron a quirófano para ponerle el implante coclear iba con la sonrisa en la boca pensando en la primera canción que iba a querer escuchar en cuanto el implante pudiese funcionar y reconectarlo con los sonidos.
De ahí a volver a ponerse tras una mesa de mezclas solo hubo un paso. Renació como DJ Nucleus, y ahora participa poniéndole ritmo y buen rollo a actos benéficos y festivales que promueven la diversidad. Por su actitud de superación, recibió un reconocimiento del Colegio Oficial de Fisioterapeutas en la primera edición del premio Loitadores.
Los retos de la pandemia
Luchadores es una palabra adecuada para definir a las personas que todos los días superan barreras que para los demás son invisibles. Mamparas, mascarillas, distancia física entre las personas… Si ya antes era complicado desenvolverse en situaciones complicadas, con la pandemia inevitablemente se han añadido barreras.
Es algo que Rubén Capelán percibe en cada día: “En mi trabajo diario como orientador laboral veo el esfuerzo de las personas, que generalmente es un esfuerzo invisible. Puedo hablar de un caso concreto, de una chica que acaba de terminar sus estudios y que tiene unas ganas increíbles de trabajar, cómo se prepara las entrevistas, cómo lucha diariamente por perfeccionar su currículum, llamar a todas las puertas y hacer entrevistas en las que nadie podría decir que tiene limitación auditiva”.
“La pandemia nos ha puesto las cosas todavía un poco más difíciles a las personas sordas, la mascarilla es una barrera más para nosotros. Por fin desde hace unas semanas tenemos ya las mascarillas transparentes. Ha sido una lucha demasiado larga, casi un año, para poder homologarlas”, explica Montxo.
“Las que hemos conseguido por el momento no son 100% transparentes, pero ya hemos notado el cambio que supone usarlas para poder llevar a cabo el trabajo de logopedia y de orientación laboral que llevamos a cabo en ACOPROS. Somos conscientes de que solo podrán ser catalogadas como mascarillas higiénicas, y tenemos que usarlas con medidas complementarias, ventanas abiertas, distancia…”, detalla Rubén Capelán. “También es cierto que otro de los frentes abiertos lo tenemos con también con el uso de internet. Los niños y niñas con discapacidad auditiva han tenido dificultades para seguir las clases, tenemos mucho por hacer para que en el mundo online sea completamente accesible”, añade.
El taxi número 240 comenzará a prestar su servicio adaptado abierto al público a partir del próximo lunes, y se podrá identificar por el distintivo internacional del bucle magnético en el lateral de color azul que garantiza decibelios para todos.