Día grande este martes en la Confederación de Empresarios coruñesa, que recibe al presidente de la patronal gallega, Juan Manuel Vieites Baptista de Sousa. A tan ilustre invitado le han preparado un completo programa de actividades que incluye la asistencia a una junta directiva telemática, un encuentro con medios de comunicación, una excursión hasta el puerto exterior y un encuentro institucional al que Vieites acudirá de la mano de Antonio Fontenla a visitar a la alcaldesa en el ayuntamiento a última hora de la tarde.
La ajetreada jornada incluye, de manera sorprendente, un “almuerzo empresarial” que tendrá lugar en uno de los salones de la sede de la confederación y al que están invitados, además de representantes del mundo empresarial de la cuerda de la confederación, las más altas autoridades del Puerto coruñés.
En un escenario de repunte de los contagios de covid-19, cuando empresas y empresarios hacen ímprobos esfuerzos para mantener su actividad a pesar de las limitaciones pautadas por las autoridades, resulta cuando menos chocante que sus pretendidos representantes puedan articular encuentros gastronómicos en espacios cerrados como el Salón Ferrol de la sede ubicada en la coruñesa plaza de Luis Seoane.
La CEC ha decidido organizar una comida en un momento en que las restricciones impiden juntar en la misma mesa a más de cuatro personas en espacios interiores. Obviamente los invitados se distribuirán de manera que no se vulnere la ley, pero incluso entre los pocos fieles que quedan en la patronal coruñesa se comenta con estupor la decisión de organizar un evento de estas características cuando nadie recurre a ellos por una cuestión no ya sanitaria, sino también para ejercer como ejemplo. Medra la sensación de que en el feudo de Fontenla se vive fuera de la realidad.