La semana pasada se ponía en marcha el Bono Cultural 2023 en A Coruña en una iniciativa cuyo éxito fue rotundo. En apenas unas horas se habían agotado el presupuesto destinado a los descuentos que podrán disfrutar los coruñeses próximamente en sus actividades. Pero no todo fueron felicitaciones para el Concello. Porque además de los problemas que dio el sistema, hay un error grave en las bases del programa que excluye a las librerías de segunda mano.
Desde Uka Chaka Libros se han encargado de denunciar en redes sociales lo que considera un agravio importante: «El problema es que, al no bonificarnos, pero sí al resto de librerías (que amamos y veneramos, que nadie se confunda), éstas tienen la posibilidad de vender libros completamente nuevos al mismo precio que los nuestros. Pero nosotros no podemos bajar nuestros precios. En la práctica, esto supone nuestra expulsión del mercado para los próximos meses».
Lamenta que una buena idea como el Bono Cultura tenga el efecto contrario al estar mal ejecutada: «Entendemos que es intolerable que una iniciativa, que se suponía que iba a ser un impulso al pequeño comercio, se haya convertido en una feroz amenaza contra nuestra supervivencia, pero que esa amenaza sea pagada con dinero público incurre en el puro surrealismo. Se da la circunstancia de que la venta de libros de segunda mano no queda cubierta por el bono, pero, por ejemplo, la venta de animales disecados, sí».
Se resigna a que desde María Pita se pongan constantes palos en las ruedas a los comerciantes: «De buenas a primeras tengo que añadir a todos los problemas que ya de por sí tiene un pequeño negocio, la competencia desleal auspiciada por el Concello».
Lo que desde este negocio consideran más grave no es tanto el error, sino la ausencia de voluntad para corregir algo que entienden como lógico: «Estoy harto de que funcionarios me den la razón de forma extraoficial, pero al final la respuesta sea siempre que nones. ¿De verdad tengo que deshacerme en explicaciones para dar a entender que la venta de libros de segunda mano es una actividad de relevancia cultural? ¿Acaso no es evidente? ¿No hay nadie en María Pita que se dé cuenta de la injusticia y de sus consecuencias?», apunta citando a la alcaldesa Inés Rey. «¿De verdad hay que llegar a esos extremos porque algún carguito intermedio que ni siquiera tiene nombre ni cara se obceque en no dar marcha atrás en un error flagrante?».