A Coruña se ha lanzado a la calle, anhelante de fiestas tras largos meses de restricciones, y la evidencia es que la ciudad está sucia. El clamor es evidente no ya entre la gente sino también a través de medios de comunicación que se hacen eco de protestas que brotan ya no sólo desde los barrios sino también desde el corazón de la ciudad, donde incluso El Ideal Gallego documentó esta semana como una rata se paseaba por los Cantones, una situación inédita ante la que el ayuntamiento argumentó que se está desratizando la ciudad y que no acabarán hasta final de mes.
La ciudad viene de sufrir semanas con la basura en la calle, en una situación que requirió que se declarase una emergencia sanitaria durante más de un mes. Inés Rey la dio por terminada el pasado mes de abril, pero poco se ha reparado. La Voz de Galicia hace este domingo una consulta entre los presidentes de asociaciones vecinales, que piden soluciones a un Concello incapaz de encontrarlas. Alguno de ellos, concretamente el de Elviña, ya se quejaba también en El Ideal Gallego, de la presencia de ratas, críos y nidos en su barriada. “Esto es una plaga”, alertaba.
En La Opinión apuntaban también la semana pasada que el ayuntamiento demora hasta en dos semanas la recogida de muebles o voluminosos. El servicio está colapsado y en el Concello se remiten a disculpas de escaso recorrido como la de que se acumula el trabajo desde aquel mes en el que todo se detuvo.
“El nombre de A Coruña no puede seguir apareciendo relacionado con la suciedad de sus calles cuando siempre fue lo contrario”, le reprochó Inés Rey a Xulio Ferreiro en mayo de 2019, poco antes de las elecciones que la encumbraron a la alcaldía con el apoyo de la Marea. “La limpieza de nuestros barrios tiene que ser una obligación para cualquier gobierno y no una acción propagandística que, además, en este caso, se queda sólo en eso, propaganda”, incidía la entonces candidata socialista.
Poco después entraba en vigor el nuevo contrato de recogida de basura, que se completó con el de limpieza viaria. Llevaban 54 y 33 meses caducados y en situación irregular, con una prórroga que conllevaba que las empresas concesionarias no invirtiesen en maquinaria o equipamiento. De Nostián y el reciclado nada se sabe. Es un agujero negro. Pero A Coruña gasta a día de hoy 15 millones de euros menos al año que Vigo en limpiar sus calles. La ciudad olívica recibe desde 2007, de manera ininterrumpida, la escoba de platino, un galardón bianual que otorga la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente a la urbe más limpia de España.
Se buscan soluciones. La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, llegó a aportar una durante un evento en la Marina el pasado mes de septiembre, porque ya antes del conflicto laboral al que se alude como excusa en María Pita, ya se generalizaban las quejas. “Quiero decirles una cosa tanto a los vecinos de Os Malloscomo a los de cualquier barrio: si quieren que su calle o su barrio esté limpio, ellos van a tener que comprometerse a no ensuciarlo. Nosotros [por el Ayuntamiento] ponemos los medios, los vecinos ponen la voluntad”, matizó Fontán, que lanzó entonces un reproche a los vecinos de Os Mallos. “Podría pasar fotos del barrio desde el que empezaron todas estas demandas, de gente que que ha depositado sus bolsas de basura de orgánicos e inorgánicos al lado de los contenedores de papel y vidrio”.
“La limpieza no entra en los planes de la Marea”, explicaba Inés Rey. ¿Entra en los suyos?