A Coruña ha vivido esta madrugada el último episodio de la inseguridad contra la que llevan tiempo luchando los vecinos. Desafortunadamente, desde el Concello ya no es que no pongan solución al problema, sino que tratan de hacer como si no existiera. Pero la realidad, como sucedió por última vez la pasada madrugada, tiene la mala costumbre de quitarle la razón al gobierno de Inés Rey con tres episodios que siguen elevando la preocupación entre la ciudadanía.
La óptica Castro, situada en la zona de Cuatro Caminos, amanecía este viernes con el cristal de seguridad totalmente destrozado. Un gran agujero que no fruto del vandalismo, sino que se hizo con el objetivo de entrar al establecimiento y robar todo lo que pudieran llevarse.
Los cacos parecían tener totalmente estudiado el golpe, ya según apuntaron fuentes a La Voz de Galicia, fueron directamente a por las gafas de mayor valor y ni siquiera tocaron otras más baratas. Se desconoce todavía la cuantía del material sustraído, que podía irse a cerca de 50.000 euros.
Varios vecinos escucharon golpes de madrugada y alertaron a la Policía, que cuando llegó al lugar del robo se encontraron únicamente con los destrozos en el local. De momento no hay detenidos.
Problemas de robos están teniendo también en Novo Mesoiro, donde en los últimos días se han producido hasta seis asaltos a vehículos estacionados en una zona de aparcamiento habitual en el barrio. Los habitantes ya han solicitado más presencia policial al Concello. De momento, sin respuesta.
El último incidente tuvo lugar en la zona del Orzán, donde la Policía Local detuvo a tres personas por participar en el apuñalamiento de un hombre en uno de los pubs de la zona. El autor principal es conocido por las fuerzas de seguridad, con antecedentes de «broncas y lesiones», según apunta La Opinión.