El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado este viernes una bonificación del 50% en el impuesto sobre el patrimonio en Galicia, al sumar un 25% al 25% que ya se aplicaba. Rueda ha pronunciado una conferencia titulada ‘Competitividade e innovación para unha Galicia con más certezas’. Tan solo unas horas antes, el presidente gallego había informado que no había tomado una decisión al respecto, a debate esta semana por el anuncio de su homólogo Andalucía de suprimirlo en 2023. En Madrid, donde también gobierna el PP, ya está suprimido.
En la conferencia ha hablado acerca de los presupuestos que presentará el martes en el Parlamento, que incluirán «más de 13.000 millones de euros» con partidas específicas que «van a proteger a las personas».
De forma concreta, ha avanzado que el impuesto sobre el patrimonio, que deben abonar, según la Agencia Tributaria de Galicia, aquellas personas con bienes o derechos valorados en más de 2 millones de euros, tendrá una bonificación que alcanzará el 50% .En la actualidad ya goza, según ha dicho, de una bonificación de un 25%, al que se añadirá otro 25% hasta alcanzar el citado 50%.
«Es mucho mejor bajar impuestos que subirlos», ha defendido y ha afirmado que en Galicia hay «estímulos» para crear «un clima favorecedor» en determinadas cuestiones, como en el reto demográfico.
Preguntado por si bajará los impuestos sobre el combustible, que en Galicia están en el tramo más alto, ha dicho que los presupuestos todavía están en elaboración, aunque ha matizado que «la Xunta no puede llegar a todo ni hacerlo todo en solitario». En la conferencia ha considerado que la sociedad tiene una serie de «retos» que «no son nada sencillos», con cuestiones como el precio del gas, la inflación, o la ejecución de fondos europeos, en las que «lo único que es una certeza hoy en día es la duda, la incerteza».
«Lo construido en los últimos años, en las últimas décadas, está, como mínimo, tambaleándose», ha asegurado.
Ante esta situación ve tres opciones, una postura «triunfalista que niega los peligros», con la que vincula, sin citarlo, al Gobierno, otra «catastrofista» con un «discurso más tremendista sin aportar soluciones» y, por último, la «vía del sentidiño», que es la suya. Esta debe ser una opción que «no esconda los problemas ni les reste valor, pero que también ofrezca esperanza», pues cree que «hay oportunidades y hay que sacar provecho de ellas». «Es la vía que me gusta y la que, como presidente de la Xunta y responsable público, estoy obligado a seguir», ha proseguido.
Ve, en este momento, «indicadores para el optimismo» en elementos como los datos de paro, la potencia exportadora, la transición energética y lucha contra el cambio climático, el sector naval o la automoción. Y también observa oportunidades en ámbitos de desarrollo de infraestructuras sobre hidrógeno verde, residuos ganaderos o de producción de energía eólica marina.
La meta es «que las cifras se sigan manteniendo y sigan creciendo» para lo que defiende, una vez más, la necesidad de captar inversiones, simplificar burocracia y dotar de seguridad jurídica, ha comentado. Frente a esto y sobre la ejecución de los fondos Next Generation de la Unión Europa, ha opinado que los ministerios no tienen capacidad para gestionarlos y ha reclamado la gestión autonómica de los mismos.