El socialismo gallego atisba el final de un proceso desgastante que debe culminar (o no) en cuanto se defina quien vence las primarias por la secretaría general del partido. La pugna entre Gonzalo Caballero, actual líder del partido y portavoz en el Parlamento gallego, y el aspirante Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña, pasa este miércoles por el rubicón de un debate electoral que se realizará con nocturnidad y casi sin focos, a las once de la noche y a través de un streaming. En un proceso en el que, aparentemente, Ferraz se ha mantenido neutral, el PsdeG sangra a través de varias heridas.
- El censo. En torno a 9.000 militantes socialistas tienen derecho a expresarse en las urnas el próximo sábado, casi el 40% están en la provincia de A Coruña. Antes de que se atisbae la convocatoria eran bastantes menos, pero los listados de votantes se han actualizado. Aquella persona que hasta hace aproximadamente un mes se afiliase al partido y esté al corriente de pago podrá elegir entre Caballero y Formoso. Y se han producido situaciones tan curiosas como que la dirección del partido en Galicia, a través de su secretario de organización José Antonio Quiroga, denunciase ante Ferraz un aumento de militantes en sus filas. En concreto se refería a un “inflado fraudulento” en la agrupación local de As Pontes, la villa natal de Valentín González Formoso, donde además ejerce como alcalde desde hace catorce años. El 9 de julio la dirección del PSdeG apuntó que entre el 28 de junio y el 2 de julio se registró en la agrupación de As Pontes un incremento del 108% de los militantes, al pasar de 111 afiliados a 231. Pero desde Madrid se validó esa repentina explosión de vocaciones socialistas en un concello donde perdieron el 30% de los votos en las últimas elecciones generales. Tampoco están los tiempos como para renunciar a la llegada de feligreses.
- Una campaña agresiva. El tono de las críticas entre los candidatos ha aumentado con el paso de los días. Caballero ha derechizado a Formoso, hasta el punto de identificar declaraciones suyas con el discurso de políticos del Partido Popular. Formoso le ha afeado los resultados electorales obtenidos en las últimas elecciones autonómicas, con el sorpasso del BNG. Una encuesta de Sondaxe, que aludía a un inmovilismo electoral que mantiene al PSdeG como tercera fuerza autonómica, azuzó aún más las críticas de Formoso. Pero al presidente de la Diputación coruñesa le acusan de beneficiarse en este proceso del esfuerzo de personal adscrito a la institución provincial e incluso de condicionar el voto en algunas agrupaciones desde el poder que le infiere manejar recursos públicos. En todo caso, son quejas y lamentos que no se acompañan de pruebas. Caballero tiene un problema a día de hoy respecto a Formoso y es que al contrario que su rival, no ostenta un cargo público y sin ese detalle no se mueve dinero.
- El papel de Lage Tuñas. El portavoz del gobierno municipal de A Coruña actúa como una de las proas de la candidatura de Formoso, pero sus modos y maneras suscitan recelos en amplios sectores del partido. “Hay mucha gente que está alucinando de que un excolaborador de Baltar sea uno de los hombres fuertes de la candidatura de Valentín y pueda acabar como secretario de organización del partido, que es su actual ambición”, explica a diSÍnoticias un conocedor de las entretelas socialistas. El enfado es mayor en la agrupación de Ourense, donde Caballero fue recibido en la noche de este martes como un héroe. Nadie cuenta con que esa plaza sea favorable a Formoso. Amplios sectores del socialismo gallego, al que Lage ya trató de dirigir, pero ante el que fracasó al presentarse como un número uno, perciben a un político que está en un lugar en el que nunca aguardó estar y apuntan a que está ensoberbecido, detalle que condiciona sus relaciones con un sector de la militancia. ¿Por qué un tipo como Formoso, de buen talante en las distancias cortas, tiene entre su círculo político más próximo a una persona con ese historial y que suscita tanto rechazo en sus propias filas? Hay una cuestión utilitarista, un quid pro quo. Lage es un muñidor a través del que Formoso obtiene interesantes réditos, pero del que no desconoce todas sus aristas.
- La división en la agrupación local coruñesa. Inés Rey ganó las primarias que le impulsaron a la alcaldía gracias al voto del ahora edil Borrego y sus acólitos. Pero lejos de cerrar filas, el partido se fracturó. Rey y Lage Tuñas fulminaron a Eva Martínez Acón, la secretaria general del partido en la ciudad en la que gobiernan. Acón había denunciado en reiteradas veces, lo hizo durante 16 meses, que la dupla no cumplía con las aportaciones económicas a la agrupación. Lage no es el hombre más popular en una agrupación donde claman porque al día siguiente de que Acón saliese del ayuntamiento pagó un importe que no es el que marca Ferraz. El político nacido en Outes y crecido en Santiago es un paracaidista en una agrupación que presume de albergar a CTV, coruñeses de toda la vida, un entorno en el que sospechan que algunos miembros del equipo de gobierno en María Pita deberían de consultar Google Maps si les convocan a una cita en la Plaza de España (ya no digamos en el Campo da Leña, ignorado por el algoritmo). “Esto va a acabar mal” es la frase más repetida en la sede de Zalaeta, donde se apunta a Lage como un político profesional, no como un servidor público. Y se alude a una ausencia “de moral y escrúpulos”. A Lage no le duelen prendas en buscar acuerdos con los representantes de Marea Atlántica en el ayuntamiento coruñés antes que con los integrantes de su propio partido. «Estremece pensar que pueda llegar a controlarlo», apunta un veterano del partido en A Coruña.
- La mirada desde Ferraz. La dirección nacional del partido observa lo que sucede en Galicia sin entrar en matices, pero ante quienes mandan allí Valentín González Formoso no es un popular correligionario. Gonzalo Caballero explicó los motivos durante esta campaña: “En la de las últimas elecciones generales el otro candidato desertó y no estuvo presente en el mitin central de toda España el domingo anterior a las elecciones generales en su propia provincia en A Coruña, por eso algunos cuando hablamos de plena sintonía y lealtad con el partido y con el proyecto de Pedro Sánchez, tenemos hechos, mientras que otros tienen una trayectoria bien distinta”. Aquel día al presidente del Gobierno no le acompañó el máximo dirigente provincial del partido, un hecho absolutamente inédito en al historia del PSOE. Por su parte, Lage, como Inés Rey, apostó en su día por Susana Díaz en la pugna con Pedro Sánchez por hacerse con el control del partido.