Ana Pontón y José Ramón Gómez Besteiro, candidatos del BNG y el PSOE en las elecciones autonómicas a la Xunta de Galicia, evitaron hacer cualquier tipo de referencia a la etapa que ambas fuerzas políticas compartieron gobernando Galicia entre 2005 y 2009. De hecho, ambos se cuidaron mucho de pronunciar siquiera la palabra ‘bipartito’, que no apareció en ningún momento.
Lo que es difícil es escapar a las evidencias, claro, como así dejó claro el semidebate organizado por RTVE. Y es que apenas hubo confrontación de ideas y propuestas, con claras muestras de entendimiento, en un acto monopolizado por las críticas a Alfonso Rueda.
En el debate celebrado con motivo de las elecciones gallegas del próximo 18 de febrero, no se ha contado con la presencia del propio Rueda ni tampoco de ningún representante del PP, pues declinaron la oferta del ente público estatal.
A lo largo de sus intervenciones, los candidatos del Bloque y del PSdeG han centrado sus críticas en las políticas que ha aplicado el PPdeG durante estos quince años y han mostrado sus propuestas para “transformar” Galicia.
Pese a las coincidencias mayoritarias y evidenciadas por los representantes de ambas formaciones, durante sus intervenciones tanto la candidata del BNG como el del PSdeG se han autodenominado a ellos mismos como “presidenta” y “presidente”, respectivamente.
El tono de este ‘cara a cara’ ha sido de acuerdo y alianza contra las políticas de la derecha a las que han responsabilizado de una “Galicia pequeña”, en el caso del BNG, y de una Comunidad “que decrece mientras España crece”, según el PSdeG.
Demasiado evidente
Incluso el presentador que ha conducido el debate, Xabier Fortes, ha detectado que Pontón y Besteiro “mucho discutir no quisieron” y ha agradecido su asistencia a ambos, por haber acudido a explicar sus proyectos y dejar caer que unirán sus fuerzas “si los números dan”.
La líder del Bloque ha defendido su intervención en el debate y el tono empleado por ella para dialogar con su oponente en tanto que con quien había que contrastar era con quien estuvo gobernando durante quince años, pero hoy decidió estar ausente.
Por último, el dirigente socialista ha considerado que él ha podido mostrar que es “totalmente” capaz de liderar el próximo gobierno de progreso que habrá en Galicia y que “una a todos los gallegos”.