Los miles de vecinos que circulan cada día, a pie o en vehículo, por delante de la Plaza de Ourense se encuentran desde hace meses con unas vallas de obra y el suelo levantado frente a la Delegación del Gobierno. Se trata de una acción complementaria del Concello puesta en marcha tras la apertura de los muelles de Batería y Calvo Sotelo que debía estar terminada en diciembre, pero que lleva semanas sin rastro de actividad.
«Mucho ejecutado y mucho en ejecución», presumía el concejal de Urbanismo Díaz Gallego el pasado 5 de noviembre, cuando listaba en Twitter las diferentes actuaciones que estaban pendientes por toda la ciudad, entre las que se incluía esta obra de «menor tamaño».
Y eso parecía. Con un presupuesto de apenas 50.000 euros, se preveía que el plazo de ejecución no superara el mes y que para las navidades estuviera más que acabada. La realidad es que febrero toca ya a su fin y los trabajos siguen completamente paralizados causando problemas que van más allá de los estéticos, ya que entorpecen el tránsito a peatones o usuarios de bicicleta.
Según informan fuentes próximas a los trabajos a La Opinión, el retraso y la paralización se debe a que una parte de los materiales encargados no servían y hubo que repetir la petición.
Además de la redistribución del espacio en el cruce de la Plaza de Ourense para mejorar la accesibilidad en la zona, esta acción contempla la extensión del carril bici que viene desde Linares Rivas.