Los datos son de la Policía Nacional, no de diSÍnoticias: el pasado fin de semana hubo en A Coruña 16 denuncias de robos en viviendas o establecimientos. Y las cifras, a todas luces desmesuradas, están siendo similares durante todo el verano, justo en un tiempo en el que la alerta sanitaria mantiene restringida la circulación de las personas durante las madrugadas. La inseguridad golpea a los pequeños negocios, pero también a los hogares. 260 han sido asaltados en lo que va de año, según datos del Ministerio del Interior.
La sensación de que nadie está al volante es complicada de asumir porque subyace la sensación de que hay más cacos que policías y de que las fuerzas de seguridad a pesar de sus esfuerzos no logran frenar la situación. Se sabe al menos que dos bandas, una de georgianos y otra de croatas, operan en el centro de la ciudad. Por ejemplo, la cafetería Tortoni, vecina a la calle Juan Florez, amaneció este domingo destrozada y desvalijada. ¿Dónde están los responsables de seguridad ciudadana en la ciudad?
Juan Ignacio Borrego fue, tras la llegada de Inés Rey, el primer concejal de Deportes de la historia del ayuntamiento de A Coruña. La comparación de su labor con la del equipo que le sucedió hace menos de un año causa sonrojo. La alcaldesa relevó a Borrego de su labor tras un Pleno en el que todos los grupos políticos en el Concello evidenciaron la inacción de la concejalía.
Ahora el edil Borrego se encarga de relaciones institucionales, turismo y seguridad ciudadana. El primer apartado consiste, básicamente en hacerse fotos en inauguraciones y saraos varios. Del segundo su último rastro se remite a la crisis abierta con una destitución de la gerente del Consorcio de Turismo en el que el edil ejerció básicamente de miranda, hasta el punto de que la propia Lanzada Calatayud le desligó públicamente de la decisión, que consideró ajena a la voluntad del edil. Respecto al trabajo de Borrego al frente de la seguridad ciudadana en A Coruña ahí está la oleada de robos.
Una ciudad que no puede garantizar el sosiego de su gente no es una buena ciudad para vivir. Resulta complicado generar riqueza si nadie garantiza que alguien no se la pueda llevar a palos. Hace apenas unos días vecinos del Peruleiro se hicieron oir ante la inseguridad que sienten en el barrio, con continuos robos y la denuncia de un intento de violación. Es sólo un ejemplo. Ningún barrio está a salvo. Según la Policía, la oleada de robos actuales se debe a esos dos grupos que tienen un carácter itinerante, que llegan y se van, que operan los fines de semana. Es decir, que se les espera. Mientras tanto el edil Borrego se ha hecho durante los últimos días fotos en el Puerto, en la Feria de Artesanía y en la del Libro. Otras veces acude a zonas asoladas por la delincuencia, como cuando esta primavera paseó por Os Mallos y le preguntaron por lo que allí sucedía. “A veces el barrio sufre un poquito una temporada hasta que la policía actúa”, defendió.