En abril de 2019, Inés Rey era candidata a la alcaldía de A Coruña y se animó a hablar sobre gestión de residuos y reciclaje: “El futuro de Nostián pasa inexorablemente por llevar a cabo un plan de modernización de la planta, que permita a la concesionaria mejorar el proceso de reciclaje de residuos. Durante estos años no se ha invertido ni apostado por esta planta”. En julio de 2022, Inés Rey lleva tres años como alcaldesa de A Coruña, una ciudad que paga 6 millones de euros anuales por Nostián mediante facturas irregulares con reparo de la intervención municipal para cubrir un servicio que sigue sin funcionar correctamente porque ls concesionaria no invierte en una planta en la que saben que no van a continuar. Siguen facturando por ello, eso sí, porque el Concello es incapaz de licitar un nuevo contrato.
Este martes la edil de Medio Ambiente, Esther Fontán, fue incapaz de concretar una fecha en la que se desbloquee la situación. Ofreció la callada por respuesta en la comisión de Medio Ambiente que tuvo lugar en el Palacio de María Pita. Mientras tanto los propios trabajadores de la planta se han concentrado en varias ocasiones alertando de los problemas de funcionamiento y por la falta de mantenimiento en una instalación vetusta.
“Los trabajadores llevan años con un convenio colectivo sin actualizar y que debe ser negociado y aprobado para incluir las cláusulas laborales en el pliego que publique el Ayuntamiento para la licitación del servicio, que acaba el próximo 31 de diciembre (de 2019)”, había denunciado Inés Rey antes de entrar en la alcaldía. Era cuando denunciaba la “desastrosa” gestión de Xulio Ferreiro sobre Nostián. “No ha habido planificación y me preocupa enormemente las consecuencias para la ciudad”, lamentaba Rey, que anunciaba una potenciación de la planta si llegaba a empuñar el bastón de mando.
Lo que se ha potenciado es el gasto de la ciudad en una planta de reciclaje obsoleta. Una sentencia del Juzgado número 8 de lo Contencioso Administrativo (una más en contra de las actuaciones del gobierno local) declaró ilegal la intervención municipal de la planta ordenada por Inés Rey en diciembre de 2019. El coste de ese mal paso de la alcaldesa se estima en no menos de 3 millones de euros, que obviamente no pagará ella. La sentencia lo dejaba claro: “La obligación contraída por Albada frente al ayuntamiento se refiere, exclusivamente, a la prestación del servicio de tratamiento y eliminación de residuos sólidos en el término municipal de A Coruña, y solo el incumplimiento grave de esta obligación puede dar lugar a la intervención”. Rey intervino Nostián después de que Albada, la compañía concesionaria, anunciase un ERE al decidir dejar de prestar servicio al Consorcio de As Mariñas.
Rey, ya en la alcaldía, había anunciado en octubre de 2019 que la adjudicación de un nuevo contrato tendría lugar a lo largo de 2020. Mientras intenta cumplir su palabra, ya con años de retraso, la factura se engrosa para abonar un servicio cada vez peor mientras la alcaldesa habla de “un modelo de ciudad más verde”.