El pasado mes de octubre la ministra de Transportes Raquel Sánchez se presentaba en A Coruña para, entre otras cosas, anunciar que el proyecto para la ampliación de Alfonso Molina se aprobaría antes del final de 2022 y que para inicios de 2023 se licitarían las obras. Va para seis meses de aquella reunión con Inés Rey y desde entonces lo único que se ha cumplido es un retraso más en una de las actuaciones más necesarias para la ciudad herculina.
Porque esta dilación en la remodelación de la principal avenida coruñesa ha tenido una nueva confirmación en el Senado. El candidato a la alcaldía por el PP, Miguel Lorenzo, llevó a la Cámara Alta una pregunta sobre los plazos que manejaba el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para aprobar el proyecto de remodelación de Alfonso Molina.
La respuesta no pudo ser más directa y, a la vez, más reveladora por parte del gobierno: “La Dirección general de Carreteras del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana está finalizando la redacción del proyecto de construcción “Mejora de la capacidad de la avenida de Alfonso Molina”. Una vez se supere la perceptiva supervisión y se apruebe el proyecto, se podrá proceder a su licitación“.
No es que esta situación sorprenda a Lorenzo ni tampoco al resto de grupos municipales, que ya en su día reprocharon a Inés Rey este tipo de visitas que tildaron de propagandísticas, acusando a la alcaldesa de preocuparse más por “la foto” que por solucionar los problemas de la ciudad.
Esta promesa de Raquel Sánchez en octubre, que no estaba respaldada por fechas ni por fondos en los Presupuestos Generales del Estado, no invitaba a pensar que se acelerarían unas obras que suman ya siete años de retrasos y cuyo inicio más realista se traslada a 2026.
“Y estos incumplimientos se podrían retrasar aún más tras las recientes dimisiones en la cúpula del ministerio”, recuerda Miguel Lorenzo, que pide “menos propaganda y más presupuesto, máis contas e menos contos”.