Es continua la batalla que mantienen los vecinos de la Ciudad Vieja de A Coruña para reclamar aparcamiento en su barrio. En los últimos años, el Concello ha reducido de forma importante las plazas en superficie y aunque ha delimitado varias zonas para uso exclusivo de vehículos autorizados, la falta de control provoca a diario problemas para los residentes.
Uno de los puntos calientes es la zona del Oceanográfico, donde la gran concentración de coches aparcados sin ningún tipo de permiso desquicia a los vecinos. Así se lo transmite Leonardo Méndez, presidente de la asociación vecinal Ciudad Vieja, al Ideal: “Está delimitado con señales para aparcar con tarjeta y, aunque sabemos que hay gente que trabaja en el hospital, la Fundación Luis Seoane o la Solana, te puedes encontrar unos 40 coches al día sin los permisos correspondientes. Queremos que el Ayuntamiento meta caña, porque si no se multa la gente no funciona”.
Esa ‘caña’ a la que se refiere Méndez debería llegar en forma de sanción, pero nada más lejos de la realidad ante un problema que viene de lejos. Y lo peor es que tampoco es que sea algo exclusivo de la zona, ya que habitualmente son numerosas las quejas de vecinos de toda la ciudad por la barra libre que hay a la hora dejar los vehículos mal estacionados o en doble fila.
Esta semana Inés Rey y Díaz Gallego anunciaban a bombo y platillo el nuevo Centro Integral de Mobilidade desde el que se controlará el tráfico de la ciudad. Haciéndole caso a Méndez, quizá sería pertinente sacarle buen un uso antes de que el malestar y las quejas verbales siga escalando y se vaya de las manos: “Es una cuestión de orden público que puede dar lugar a cosas como ver coches rayados, hacemos un llamamiento para que esto no suceda”.