La calle Compostela, vecina a la céntrica Plaza de Lugo, avanza en su “humanización” con materiales nobles, una estética que generosamente se puede considerar dudosa y el traspante de unos arbolitos que Inés Rey anunció que iban a ser “siete tilos de gran porte”, pero que se quedaron, según informa el edil de Urbanismo en su cuenta de twitter, “finalmente” en carpinus betulus, también conocidos como carpes blancos.
A un kilómetro de allí la calle Alcalde Marchesi se pavimenta en tonos verdes que han tenido que ser repintados ya varias veces en una obra que se prolonga desde hace un año y a la que este martes llegó, informa también en sus redes el edil Francisco Dinís Diaz Gallego, la segunda luminaria, a la que durante un tiempo se refería como árbol tecnológico porque al parecer iba a poder enchufarse a ella todo tipo de dispositivos móviles que requieran recargar batería.
Pero faltaba una sorpresa más.
“¿Qué es?”, preguntaba un seguidor de Coruña onte e hoxe, una página de Facebook con más de 36.000 seguidores que disparó las alarmas que ya habían sonado en Cuatro Caminos cuando los caminones empezaron a descargar unos extraños ingenios blancos.
“Son bancos”, replicó un usuario. “Es una gran cagada”, apuntó otro más escatológico. “Horroroso todo”, explicaba una seguidora. “¿Non chegaba cos colchóns tirados no lixo?”, se preguntaba uno con retranca. “Pobres invidentes. Humanización, ¿dicen?”, apuntaba otra.
Las imágenes empezaron a correr como la pólvora por grupos de mensajería y en el Facebook de Coruña onte e hoxa. Hubo quien apuntó que se trataba de jardineras. Algunos compraron la opción de los bancos. Otros fueron más allá. “Son las ostras de la peli de Cocoon”. “Son alubias de postre navideño”. “Son los zapatitos para los Reyes Magos”. “Maceteros de Calimero”…
“¿Y no encontraron otro sitio para depositar los huevos de dinosaurio?”, preguntó otro usuario de facebook. El meme no se hizo esperar.
Orgulloso de su aportación al urbanismo coruñés, Francisco Dinís Díaz Gallego deja su huella en la ciudad en la que ha llegado a dirigir la concejalía de Urbanismo y Movilidad con un currículum en el que según informa en su cuenta de LinkedIN se sacó la carrera de Arquitectura entre los años 2006 y 2013 antes de empezar a ejercer la profesión como “profesional por cuenta propia” entre enero de 2014 y agosto de 2019. Fue en ese tiempo cuando acudía a concursos como el que abrió el ayuntamiento de Palencia para rehabilitar un parque. Se presentaron 33 propuestas. La suya quedó clasificada en el puesto número 30.
Pero en 2019, Dinís, con pasado en las Xuventudes Socialistas, cuando iba camino de eterno meritorio en la Agrupación Socialista Coruñesa, se colocó en la lista del PSOE a las elecciones municipales en virtud de su amistad con la candidata, a la que no le sobraban pretorianos. Iba a ir en el puesto número 4 tras el triunvirato que conforman Inés Rey, el exconcejal en Noia José Manuel Lage Tuñas y Yoya Neira. Pero la dirección nacional del partido impuso tras ellos a Juan Díaz Villoslada y Dinís cayó hasta el décimo puesto, mala suerte cuando las urnas sólo depararon nueve ediles a los socialistas coruñeses y de Outes. Suficientes para gobernar en “minoría absoluta”, según definieron luego sus socios de Marea Atlántica.
Dinís, en todo caso, no se quedó descabalgado. Obtuvo un bien remunerado puesto de consejero técnico en la Concejalía de Urbanismo, Vivienda, Infraestructuras y Movilidad, su primera nómina como profesional. 51.691,26 años que aumentaron casi en 9.000 euros cuando su jefe Villoslada dio el portazo. “Mi profesión no es la política”, explicó al salir.
No lleva un año como concejal Díaz Gallego y su gestión no deja a nadie indiferente. Obsequioso y atribulado a través de su cuenta de twitter, en la que no hace tanto dedicaba gruesos epítetos al exalcalde y entonces compañero de partido Francisco Vázquez y en las que ahora desgrana un sinfín de obras y actuaciones en la ciudad mientras explica que la reforma de los Cantones entra dentro de un concepto llamado “urbanismo táctico”. En una memorable entrevista en La Opinión fue incapaz, pese a su imagen desmelenada, de poner fecha no sólo a la reforma del principal paseo de la ciudad sino también a los cambios de rutas y el carril bus, a la compra de muelles, al final de las terrazas o al proyecto de Percebeiras.
Lo suyo es la manicura, la rotonda de la Ronda de Nelle, la calle de San Andrés vacía un fin de semana de lluvia (o de sol), el árbol tecnológico de Alcalde Marchesi al que bautizó atinadamente en twitter “nuevo elemento”, la transformación “radical” de San Agustín que no deja espacios para carga y descarga o las ya míticas estaciones de bicicletas que llenan los establos de la ciudad de vacas.
“Quien nada hace, nada teme…”, escribió en twitter hace tres semanas sobre una foto de la Avenida Santiago Rey Fernández-Latorre levantada como si hubiese pasado un diplodocus sobre ella. Entonces pocos sospechaban que allí se iban a plantar unos huevos. Los que ya se conocen como los huevos de Dinís.