Una de las medidas que el Concello de A Coruña tomó durante la pandemia para ayudar a la hostelería fue permitir que los locales expandieran sus terrazas incluso invadiendo plazas de aparcamiento. Afortunadamente, apenas queda ya rastro del COVID en el día a día de los coruñeses, que en cambio sí siguen encontrándose mesas como obstáculos por todos los barrios de la ciudad.
Ni los hosteleros tienen claro qué va a suceder con una ordenanza que no se ha modificado desde entonces, ni tampoco los vecinos, con razón, se resignan a que en una ciudad cada vez más “humanizada” y en la que se le ha declarado la guerra a los coches, cada vez tengan más problema para pasear por las aceras sin chocar con mobiliario de bar.
Las quejas son diarias y en diferentes puntos de la geografía herculina. Por suerte, los ciudadanos de A Coruña cuentan con un concejal como Díaz Gallego, siempre atento en las redes sociales para velar por la comodidad de los suyos. Al menos en el mundo virtual de Twitter.
El pasado 5 de enero le reprochaban la invasión de una terraza en una de las aceras de Zalaeta. Dinís era contundente: “Las terrazas que tienen autorizado ocupar plazas de aparcamiento no pueden ocupar acera. Pasamos aviso”.
Quizá por quedarse sin batería mientras tuiteaba, quizá porque el aviso se traspapelara con la carta a los Reyes Magos, pero ese “aviso” no llegó al Concello. O, si lo hizo, cayó en saco roto.
Porque hace unos días, el 15 de febrero, el mismo usuario volvía a citar a Dinís y ya también a la Policía Local con una imagen en la que se pueden ver las mismas mesas en la misma terraza: “Pasan los días y esto sigue igual. No decías que pasabas aviso?”.
La inacción del concejal de Urbanismo en el día a día del Concello ya le costó hace unas semanas las críticas del BNG precisamente en este tema, recordando que a principios de 2022 el Gobierno Municipal se puso como reto terminar las ordenanzas de movilidad y terrazas: “En todo o ano non soubemos nada da ordenanza de mobilidade”, apuntaba Avia Veira. Cuando febrero de 2023 encara su recta final, de la citada ordenanza lo mismo se sabe que del aviso de Dinís.