La pancarta cuelga de uno de los pasos elevados sobre la Avenida de Alfonso Molina y llama la atención: “Lage Tuñas corrupto”. La polémica en torno al portavoz socialista en el ayuntamiento de A Coruña no cesa y acapara los debates sobre política local mientras tirios y troyanos no dan crédito ante las cuotas de poder que ha llegado a atesorar el edil nacido en Outes y actualmente afincado en la ciudad. En dos años ha tejido un singular control político y mediático.
La figura de Lage, que según denunció en su día Marea Atlántica ingresa 4.000 euros al mes sólo en dietas para prácticamente doblar su salario, opaca a la de la propia alcaldesa, a la que numerosos cuadros de su propio partido observan entregada a los modos y maneras de su teórico números dos. Inés Rey parece haber asumido el desgaste de tener una figura tan controvertida a su lado, a cambio de disfrutar de cierta paz en entornos que considera importantes.
Lage vio, con disgusto porque anunció acciones legales, como no hace mucho la ciudad se empapelaba con pasquines que recopilaban titulares de una decena de medios de comunicación que no le dejaban bien parado. Parece improbable que algo así ocurriese ahora, ocupado como está en dulcificar su imagen en el mainstream de la comunicación. La vida (y algún convenio) ha llevado al politólogo Lage a ejercer de columnista de amplio espectro, lo mismo escribe en Nos que en el El Correo Gallego. En La Voz de Galicia o en Economía Digital.
Pero críticas y fiscalizaciones llegan con otras formas y desde otros entornos. Lage está, por ejemplo, está en el punto de mira de la policía local, que le señala como el principal culpable de que no se mejoren sus condiciones laborales en la línea que habían firmado con el equipo de gobierno de Xulio Ferreiro. En días pasados recibió además la noticia de que la Valedora do Pobo pedía más transparencia en el proceso de nombramiento de la Jefa de Servicio de Seguridad Ciudadana, cuya promoción fue defendida por Lage en un pleno municipal.
Incluso en su propio partido, la comisión de Ética ha criticado en un comunicado que se dote de competencias sobre el personal del partido y del grupo parlamentario al nuevo órgano formado para organizar el XIV Congreso del PsdeG, un varapalo a Lage Tuñas, que tras la victoria de Valentín González Formoso en las primarias socialistas ya maneja, y se prepara para hacerlo aún más, los resortes del partido a nivel autonómico.
Muchos integrantes del partido socialista, veteranos con amplia trayectoria de servicio a A Coruña, se preguntan si es necesario mantener a un político con este perfil en un contexto en el que el el partido podría encontrar un largo tiempo a los mandos de María Pita si ejerciese ese “gobierno amable” que anunció Inés Rey a su llegada y que no se corresponde con ciertas actitudes que propician respuestas ciudadanas. El desgaste en poco más de dos años parece mayor del aconsejable, más allá de que los partidos en la oposición no logren articular un proyecto que ofrezca una alternativa.