“O BNG é paciente, pero a paciencia ten un límite”. Esta fue la amenaza que Francisco Jorquera lanzaba esta mañana en el Pleno al gobierno municipal de Inés Rey. Se quejan los nacionalistas de que la alcaldesa no está cumpliendo el acuerdo al que llegaron para permitirle seguir en el poder cuatro años más. “Vostedes gobernan como se non fosen conscientes de que están en minoría e de que hai problemas que cómpre atallar”. Toda una novedad, vamos.
La respuesta socialista ha sido la habitual: despejar la pelota, algo que lleva funcionando años. José Manuel Lage, portavoz del ejecutivo local, recurrió a un eufemismo para admitir que el cumplimiento del acuerdo está siendo “desigual”, pero que en los próximos meses espera poder darle impulso.
Asegura Jorquera que “continuaremos a facer unha oposición positiva e construtiva”, mientras enumeraba la lista de incumplimientos que va desde la apertura de un proceso de investigación sobre los servicios de limpieza, la ordenanza de las terrazas, el transporte urbano o la recuperación de la Casa Cornide. Y eso en sólo seis meses.
Niegan desde el Bloque la etiqueta de “socio de goberno”, al tiempo que que le recuerdan a Inés Rey algo que deberían tener presentes ellos mismos cuando apoyan según qué cosas: “Saian da parálise, que xa logo levamos consumido o primeiro ano de mandato. Un goberno que non cumpre os acordos nin é fiábel nin é merecedor de confianza”.