La Valedora do Pobo, María Dolores Fernández, ha iniciado actuaciones para aclarar si está motivada la sanción impuesta por el ayuntamiento de A Coruña a M. C. S. G., un vecino de Boiro, conductor de un vehículo que fue denunciado por la Policía Local de A Coruña y multado por infracción “muy grave” con 500 euros y la retirada de seis puntos del carnet de conducir por “circular por la vía izquierda en vía de doble sentido de la circulación en sentido contrario al establecido sin efectuar adelantamiento alguno”.
Los hechos sucedieron el pasado 17 de marzo en la calle Bergondo, en el barrio de Castrillón, cuando los agentes ocupaban el carril derecho de la circulación mientras hablaban con unas personas. Unos conos señalaban que por ese carril no se podía circular y había que avanzar por un tramo del izquierdo, en una vía recta y con visibilidad. Los policías hablaban con unos individuos mientras daban la espalda a los vehículos que circulaban. “No dirigían el tráfico, no mandaban continuar ni parar y decidí continuar mi camino ya que era una recta con perfecta visibilidad, línea discontínua y no venía ningún vehículo por el carril contrario”, relata el sancionado en el escrito de alegaciones al que ha tenido acceso diSínoticias.
“Comprobé que no veía nadie y me desplacé a la izquierda ocupando parcialmente el carril izquierdo al existir línea discontínua”, continúa el relato. En ese momento, al circular junto a los agentes, uno de ellos giró la cabeza y le ordenó parar. Todos los coches que venían detrás hicieron esa misma maniobra que mereció el alto, pero no fueron detenidos.
Tanto los conos como la policía local estaban en medio del carril derecho e impedían circular por dicho carril porque estaban de espaldas y sin dirigir el tráfico. En ese caso el artículo 89 del Reglamento General de Circulación ofrece una solución: “Todo vehículo que encuentre cualquier obstáculo en su camino que le obligue a ocupar el espacio dispuesto para el sentido contrario de su marcha podrá rebasarlo, siempre que se haya cerciorado de que puede efectuarlo sin peligro. La misma precaución se observará cuando el obstáculo o el vehículo inmovilizado se encuentren en un tramo de vía en el que esté permitido el adelantamiento”.
Justo eso fue lo que ocurrió, alega el denunciado. “Tomé la única alternativa para continuar la circulación. La propia policía local, al estar ocupando ellos el carril derecho, me obliga a realizar esa maniobra que después la usa para denunciarme”, explica. La Ley de Tráfico y Seguridad Vial también apunta en su artículo 38 que “cuando un vehículo se encuentre inmovilizado, ocupando en todo o en parte la calzada en el carril del sentido de la marcha, puede ser rebasado aunque para ello haya que ocupar parte del carril izquierdo de la calzada”.
La persona sancionada recabó la colaboración de dos testigos que observaron los hechos y que corroboran lo que considera como arbitraria actuación del policía que firma la denuncia. Y a partir de ahí inició un peregrinaje administrativo: se dirigió a la Casa del Agua, donde tiene su sede Emvsa. “Es la entidad que en la web del Concello indican que llevaban la gestión de multas”, explica. Allí le indicaron que podía hablar con Eva Ducet que es la jefa de la Sección de Multas del ayuntamiento y que se dirigiese al cuartelillo de la Policía Local.
Pero Ducet se encontraba en modo de teletrabajo y le indicaron que llamase al 010 para concertar una cita con ella. Ya inmerso en la maraña burocrática le ofrecieron que llamase por teléfono a la extensión de Ducet, con la que pudo entablar conversación el 30 de marzo. “Hago la llamada me coge y su reacción fue de sorpresa total, no entendía porque yo la estaba llamando, que eso no se puede hacer. Me pidió que le dijese los nombres de la gente que le había dicho que se pusiera en contacto con ella y quién le había dado la extensión porque eso no se podía repetir. En resumen, me llevé la bronca por haberla llamado”, explica. “Insistí en que por favor me escuchara y que me dijese por qué había sido multado y cual habría sido la acción correcta que realizar en esa situación. Sólo me dijo que presentase alegaciones, una queja al policía local y una solicitud de reunión dirigida a la alcaldesa ya que esa era la forma de que un ciudadano podría reunirse con ella”.
El Ayuntamiento de A Coruña ha presupuestado para este año el ingreso de 1,1 millones de euros más en multas de tráfico que el ejercicio anterior
Presentó los tres escritos. De la reunión con Inés Rey nunca más supo, pero a sus alegaciones le respondieron el 14 de septiembre, medio año después de recibir la multa. El Concello expone en sendos escritos firmados por Carlos García Touriñán, director de Seguridad Ciudadana, y por Eva Ducet, que una vez preguntado el agente que impuso la multa éste se ratifica (en dos líneas remitidas a modo de informe a finales del pasado mes de agosto) en el que el conductor circuló por sentido contrario en la calle Bergondo. Y concluyen desde el ayuntamiento que la presunción de veracidad de la denuncia de un agente sirve para que su denuncia tenga carácter probatorio y que tiene 15 días para abonar la sanción antes de que se inicie el procedimiento de apremio.
Un intento de reunirse con García Touriñán a finales de septiembre fue en vano. “Volví a llamar el lunes 3 de octubre, me pidieron el nombre y número de teléfono y me indicaron: “Le llamo ahora mismo”. No recibí llamada alguna. Entiendo que no quieren atenderme”, lamenta. “Es una situación de absoluta indefensión por una infracción falseada y arbitraria”.
La Valedora considera que la queja presentada reúne todos los requisitos formales y ha emplazado al ayuntamiento coruñés a emitir un informe que justifique la sanción, por más que en las dependencias municipales no atendiesen los sucesivos recursos que les llegaron sobre este asunto y que apuntan, según los asesores legales del recurrente, a “falsedad y arbitrariedad en la imputación de la infracción”.
En su afán recaudador que le llevará a ingresar más dinero que nunca a costa de sanciones a los ciudadanos, el Concello de A Coruña ha presupuestado para este año 1,1 millones de euros más en multas de tráfico hasta dispararse a los 9 millones de euros. Ocurre además que la pandemia no ayudó a cumplir previsiones anteriores porque la caída en la circulación dejó las previsiones de ingresar 6,9 millones en poco menos de 6. Así que se han puesto manos a la obra.