Una inesperada manifestación en la siempre concurrida plaza de Lugo, en la renovada calle Compostela, sede de la tienda bandera de Inditex fue la respuesta con la que la UPG quiso dejar claro a Ana Pontón, la eterna candidata del BNG a casi todo, que su visita hace poco menos de un mes al gigante textil de Arteixo va en contra de los postulados independentistas.
Parece un disparate, pero en el BNG hace mucho tiempo que los posibilistas tienen que vadear las zancadillas de los ortodoxos que se niegan a mudar ni uno solo de sus principios. Poco importa que Inditex genere casi el 45 % de la actividad económica de A Coruña y su área de influencia. O que miles de coruñeses trabajen para el gigante textil con sueldos muy por encima de la media. O que numerosas empresas formadas por emprendedores locales se hayan convertido en referencias mundiales en sus respectivos sectores hasta el punto de ser codiciadas por los gigantes inversores de medio mundo. Véanse los casos de Trisson o de Grupo Caamaño, por ejemplo.
El ala más radical del BNG sigue instalada en sus apriorismos marxistas y cualquier emprendedor, salvo que sea muy afín, es por principios un explotador de la clase obrera y, por lo tanto, un enemigo de la construcción independentista gallega. Así, la UPG de los coroneles y del vetusto Néstor Rego toca a rebato contra los intentos modernizadores de Ana Pontón y utilizó a su brazo ejecutor, la CIG, dirigido por otro incondicional de la U como Paulo Carril, para devolver las cosas a su cauce y demostrar que Inditex sigue siendo el enemigo de esos gallegos que prefieren el aislamiento al desarrollo y que optan por el pasado en lugar de presumir de un futuro mejor.
La manifestación fue un pequeño fracaso. Apenas unos pocos cientos de congregados con unos carteles hechos de prisa y corriendo. El domingo por la mañana no sirvió para movilizar ni siquiera a los habituales de este tipo de protestas. Y ni siquiera acudieron los dos referentes locales del partido, Paco Jorquera (un veterano coronel que sí estuvo en la visita de Arteixo con Pontón y que, visto el requiebro, recibió un vacile en un pleno municipal por parte de Lage Tuñas) y Avia Veira, en cuyas redes sociales sí hay referencias a la marcha en pro de la recuperación de la Casa Cornide del sábado, pero nada con respecto a la extemporánea convocatoria de la CIG.
A Inditex le da igual la belicosidad del sindicato independentista, pero para la imagen de marca de A Coruña y sus empresas no parece que el camino que los más radicales que perviven en el Bloque intentan imponer sea lo que demanda una ciudadanía ansiosa de volver a la vanguardia de Galicia y España tras ocho años perdidos primero con la Marea y sus manías y luego con el absolutamente inoperante gobierno de Inés Rey que, por cierto, también guardó silencio sobre la manifestación convocada por los que aspiran a ser sus socios a partir del próximo mes de mayo. Y el que calla…